Los comunes quieren un referéndum en Catalunya, pero no darán su aval si no desprende "efectividad". Es decir, quieren que tenga efectos jurídicos, que interpele la mayoría y que arrastre reconocimiento internacional, tres garantías para desmarcarlo del proceso participativo del 9-N de 2014.

Por eso, el jefe de filas de En Comú Podem, Xavier Domènech, ha instado JxSí y CUP a poner sobre la mesa una fórmula que cumpla las tres condiciones a pesar de no recibir el aval de Madrid: "Si eso se puede conseguir sin un pacto con el Estado, algún problema," ha dicho en una entrevista en la ACN.

Ahora bien, es una vía que ve "compleja". Una semana después de la cumbre en el Parlamento, Domènech, que se ha mostrado "dispuesto a escuchar todas las propuestas", ha descartado fijar plazos tanto para la negociación con el Estado como para la convocatoria del referéndum. Y ha advertido de "cierta perplejidad y desconcierto" en las filas independentistas por los cambios en la hoja de ruta los últimos meses.

Referéndum efectivo

Domènech coge en positivo que la cumbre por el referéndum del viernes pasado recupere un concepto "abandonado" por los independentistas y ve "esencial" que en cualquier caso la consulta vinculante responda a estas tres condiciones para convertirla, precisamente, en referéndum. "El debate no es si referéndum pactado o unilateral, sino efectivo", ha remarcado Domènech.

Por eso, una "repetición" del proceso participativo de hace dos años no sería útil para los comunes: "¿Un nuevo 9-N es la herramienta para producir un desafío? Creo que no". En este contexto, los comunes están "expectantes" que el Govern, y en concreto las conselleries de Oriol Junqueras y Raül Romeva, especifiquen cómo prevén desarrollar el referéndum que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, puso sobre la mesa durante el debate de la cuestión de confianza en septiembre.

"Si la propuesta de la mayoría gubernamental reúne las garantías, estaremos". Ahora bien, Domènech ve "complejo" de conseguirlo sin el aval del Estado. "Dejamos que ellos digan cuáles son sus propuestas", los ha invitado al arquitecto del nuevo sujeto político de las izquierdas.

Escucharlo todo

"Nosotros estamos dispuestos a escuchar todas las propuestas, no nos limitará", ha añadido al recordar que la vía de referéndum unilateral, fijada por JxSí y CUP al debate de política general, no estar desarrollada ni detallada. ¿"Catalunya tiene que poder construirse a sí misma sin estar subordinada a un gobierno del Estado que no tiene propuesta? Sí. Pero tienes que estar seguro de que miras hacia adelante, no que haces cosas que más que desafiar demuestran debilitado. Un nuevo 9-N ahora mismo no sé si es la respuesta que la gente espera", ha remachado.

Además, el portavoz de los comunes ha recordado que Puigdemont no fijó plazos para el referéndum durante la cumbre. Ni para la convocatoria ni para la negociación con el Estado. Y de hecho, los comunes no son partidarios: "No jugaré a hojas de ruta que no se cumplan. Ya lo hemos vivido demasiado, hay que hablar más de propuestas que de hojas de ruta", ha advertido después de una semana en que JxSí y la CUP han discutido a los medios sobre el margen que se tiene que conceder al Estado para intentar la vía pactada.

Perplejidad y desconcierto

A pesar de todo, Domènech, que no asistió finalmente a la cumbre, considera que el encuentro del viernes es positivo para reunir las fuerzas en torno al derecho a decidir. Ahora bien, encontró a falta concreción previa. En este contexto ha advertido también de los "cambios" al discurso de las fuerzas independentistas los últimos meses: un calendario inicial de 18 meses para alcanzar la independencia, la propuesta de Puigdemont de 'referéndum o referéndum', y ahora una consulta acordada sobre la mesa.

Para Domènech, los dirigentes de JxSí y CUP "no han explicado mucho" el porqué de estos cambios "drásticos" a la hoja de ruta: "Hay cierta perplejidad, es normal", ha apuntado en un llamamiento a no añadir "ruido" en torno a la campaña y de la comisión ejecutiva del Pacto Nacional por|para el Referéndum. "Hay cierto desconcierto comprensible, una cierta y justificada desorientación", ha añadido.