El director de La Vanguardia, Jordi Juan, ha recriminado a Esquerra Republicana (ERC) su “total acomplejamiento” en relación a Junts per Catalunya y le ha aconsejado que dé “otro paso [al frente]” y “se olvide de Junts”, toda vez que “han hecho lo más difícil, que es ganar unas elecciones a la antigua Convergència”. Ahora, “deben hacer su camino”, “hacer la política que tienen que hacer” y superar el complejo de “no parecer autonomistas” que les pone en situación de dependencia política respecto a su socio en el Govern. Juan ha alabado “el cambio hacia el pragmatismo” de los líderes de ERC, “que hay que poner en valor” pero les ha reprochado que, “a la hora de la verdad se acabe imponiendo ese mensaje, esa liturgia, de no vamos a la conferencia de presidentes [autonómicos], hacemos determinados gestos, hacemos determinadas políticas… Yo creo que es un error”. El director de La Vanguardia creede forma optimista”, que ese giro es solo “cuestión de tiempo”, aunque ha pedido a Pere Aragonès que acuda a la conferencia de presidentes autonómicos de La Palma (“es un error no asistir”) y descarte su insistencia en la relación bilateral con el gobierno español, “que después tampoco funciona”. La crónica publicada por La Vanguardia apenas si menciona esta recomendación y omite el resto de la respuesta, más suculenta.

Jordi Juan respondía así a una pregunta tras su intervención en un evento organizado en Madrid por Nueva Economía Fórum y Telefónica en el hotel Mandarín Oriental Ritz, ante una audiencia de personalidades de la política, la economía y la comunicación, muchos de ellos catalanes que trabajan en la capital española. Entre ellos Gabriel Rufián, jefe del grupo republicano en el Congreso, que ha reaccionado con una mueca al oir que los consellers de su partido “están gobernando de forma totalmente acomplejada, pendientes de Junts per Catalunya”.

"Hay que hacer algo más"

La pregunta en cuestión, compleja, venía precedida de una introducción cargada de sobreentendidos que sirven para captar cómo se percibe en Madrid la situación política en Catalunya. “Desde Madrid —arranca Fernando Ónega, el moderador, columnista de La Vanguardia— se tiene la impresión de que se ha rebajado mucho la tensión política en Catalunya. ¿A qué se debe ese eventual punto de inflexión? ¿Tiene que ver con los indultos, el temple de Pedro Sánchez, la falta de liderazgo en el Govern, el enfriamiento del proceso de extradición de Puigdemont y de su inhabilitación como europarlamentario?” Y aquí viene la pregunta: “¿Cree usted que la situación catalana está en vías de mejora o es un espejismo, algo momentáneo susceptible de volver a explotar?”

En su respuesta, Juan ha caracterizado el momento como “en vías de mejora muy lentamente”. Ha recordado a su audiencia que “mucha gente en Catalunya se pasó del autonomismo al independentismo y ahora volver (…) después de todo lo que pasó en aquellas jornadas va a ser muy difícil. Mucha gente en Catalunya ha desconectado de España mentalmente, aunque no esté satisfecha ni contenta con (el) Govern, la coalición entre Junts y Esquerra”. El camino de la mesa de diálogo es “muy difícil” y ambas partes tienen que “hacer un esfuerzo muy grande” para llegar a acuerdos. Ha aceptado que los indultos, “evidentemente, fueron una fase muy positiva para rebajar la tensión” pero “hay que hacer algo más”.

La mueca de Rufián

En este punto se ha dirigido “a la parte catalana”, sobre todo a “la que está por esta vía, Esquerra Republicana, que ha hecho un cambio hacia el pragmatismo que hay que poner en valor, que hay que destacar, le pediría un gesto más” [acudir a la conferencia de presidentes porque] no puede ser esta imagen (…) de Catalunya al resto de España de que los catalanes no queremos saber nada del resto de comunidades y que nosotros no tenemos por qué ir a esta conferencia de presidentes, que queremos una relación bilateral, después la relación bilateral tampoco funciona… Creo que en ese sentido hay mucho camino por hacer. Yo pediría a las dos partes que hagan un gran esfuerzo. Yo entiendo muchas veces las posiciones de Esquerra y su enroque. Ellos ya han hecho un camino y [han dado] un paso. Esquerra ha hecho lo más difícil que es ganar unas elecciones a la antigua Convergència. Y deben hacer su camino [pero] están totalmente acomplejados por intentar no parecer autonomistas (mueca de Rufián) y gobiernan de forma totalmente acomplejada, pendientes de Junts per Catalunya. ¡Que se olviden de Junts! Que hagan la política que tienen que hacer. Y me consta que esto es un pensamiento general dentro de ERC, pero a la hora de la verdad se acaba imponiendo ese mensaje, esa liturgia de no vamos a la conferencia de presidentes, hacemos determinados gestos, hacemos determinadas políticas… que yo creo que es un error. Pienso, de forma optimista, que es una cuestión de tiempo”.

Juan ha cerrado esta respuesta con una advertencia. “Cuidado porque el sentimiento independentista no ha muerto. En todas las elecciones han ganado de forma clara los partidos independentistas y si no se actúa con inteligencia, si se actúa con la política con que actuó Mariano Rajoy, lo de Catalunya puede volver a emerger. En una situación de crisis como esta, con problemas sociales de todo tipo, los populismos buscan cualquier cosa para agarrarse y, ya lo hemos visto, pueden encontrar en el independentismo esa excusa, esa manera de crecer y de ser la alternativa”.