Der Spiegel, el principal semanario alemán, explica en un reportaje titulado "Cómo Puigdemont puede quedar en libertad" las posibilidades que tiene el president catalán de ver rechazada la euroorden. Según el semanario, todo queda pendiente de si el Tribunal Superior de Schleswig Holstein considera que a Puigdemont se le puede aplicar el delito de "alta traición". Pero precisa que esta acusación de alta traición "está lejos de ser clara" (Längst nicht sonido eindeutig ist, en alemán), según los juristas alemanes.

"La situación con respecto a la acusación principal -la rebelión- está lejos de ser clara. En este caso, el derecho penal alemán tiene un título parecido, la alta traición contra la federación" (artículo 81 del Código Penal). Pero no es comparable a lo que se conoce como rebelión en la ley española. Además la alta traición exige el uso de la fuerza. Y Puigdemont nunca ha utilizado o ha hecho llamadas a la violencia. Todo ello hará que las autoridades judiciales alemanas se pregunten si lo extraditan por traició/rebelión", señala. "La extradición por rebelión no se puede dar de ninguna manera por hecha (Ist keinesfalls beschlossene Sache, en alemán)", añade. Recuerda que también se pronunció en este sentido la jueza del tribunal de Neumünster, que hizo el trámite inicial después de que Puigdemont fue detenido.

El semanario precisa que si este es el resultado, la extradición sólo podría ser por malversación de dinero, un cargo secundario que responde a las partidas que el Govern destinó al referéndum. Y cree que en eso podría estar la clave, porque el juez Pablo Llarena se encontraría otra vez con la tentación de retirar la euroorden, como sucedió a finales del año pasado, cuando ya hizo marcha atrás.

Si Alemania extraditara a Puigdemont sólo por malversación, no se le podría juzgar en España por rebelión, sino tan sólo por aquel delito.

Der Spiegel analiza qué hizo Llarena cuando el caso se trató judicialmente en Bélgica. "Llarena habría podido juzgar a Puigdemont por cargos menores, pero habría sido un proceso extraño: Los exconsellers detenidos habrían tenido que responder por rebelión, pero no su jefe, el símbolo del movimiento independentista catalán. El juez tenía miedo de este escenario. Y dejó constancia de ello el 5 de diciembre en la justificación de la retirada de la orden de detención: Si Bélgica se negara realmente a aplicar el delito de rebelión podría suceder que se restringiera "la procesabilidad del acusado huido".

El semanario pronostica que si Llarena volviera a actuar igual, "Puigdemont volvería a ser un hombre libre".