La Plataforma per la Llengua ha denunciado que la cadena de supermercados Veritas ha despedido a una trabajadora de un establecimiento de Puigcerdà por hablar en catalán con los clientes. La entidad ha publicado un audio de la chica en el que el encargado del establecimiento reconoce que la han despedido por motivos lingüísticos después de que dos trabajadores de la empresa se hicieron pasar por clientes y se quejaron de que la trabajadora les respondía en catalán con el argumento alegal de que ellos se habían dirigido en español.

La afectada ha recibido el apoyo legal de la Plataforma per la Llengua y ha presentado una demanda en los juzgados porque considera que ha sido discriminada en razón de lengua y que, por lo tanto, el despido se tiene que declarar nulo y la empresa la tiene que readmitir e indemnizarla. La trabajadora recibió el 31 de marzo una carta en la que Veritas le comunicaba que no había superado el periodo de prueba y que la despedía. La chica trabajaba desde el 10 de febrero y ya al cabo de dos días de haber empezado su tarea, una compañera que también acababa de entrar le pidió que le hablara en castellano, con la excusa de que, a pesar de entenderlo, "el catalán no le gustaba". Pero la trabajadora se siguió comunicando en catalán con los compañeros de trabajo y los clientes, y accedía a cambiar de lengua si algún interlocutor no lo entendía, según la Plataforma.

Según la nota, al cabo de diez días, el encargado envió un mensaje al grupo de WhatsApp de los trabajadores con diferentes consignas. Entre estas, escritas en castellano, una especificaba que "a la hora de hablar entre compañeros, utilizaremos el idioma que sea más cómodo para las dos partes", y otra apuntaba que "a la hora de atender a un cliente, se le tiene que responder en el mismo idioma en que se está expresando". En los dos casos, el encargado avisaba que si no se respetaban las órdenes, se podría considerar una falta grave y ser motivo de sanción.

La orden especificaba que la consigna era válida tanto si el cliente hablaba en castellano como si hablaba en catalán, pero la compañera que le había dicho el primer día que el catalán no le gustaba "no lo respetó y se siguió expresando con todo el mundo en castellano, fuera cuál fuera la lengua del cliente". "De la misma manera, tampoco las otras normas comunicadas por WhatsApp llegaron nunca a cumplirse del todo. Sin embargo, lo que preocupó especialmente Veritas fue el hecho de hablar en catalán con todo el mundo, y cuando los dos trabajadores de la empresa, externos al establecimiento, visitaron la tienda, quisieron poner a prueba a la trabajadora despedida e hicieron constar que les hablaba en catalán aunque ellos se habían dirigido en castellano".

Cuando, después de ser despedida, la trabajadora volvió al establecimiento para recoger las pertenencias, pidió al encargado que le explicara los motivos del despido, y lo grabó. En un primer momento, el encargado defendió que querían prescindir de las trabajadoras de 20 horas por motivos organizativos, pero después, como se escucha en el audio, acabó reconociendo que su superior le explicó que los "clientes de oficinas" (estos trabajadores de Veritas externos en el establecimiento) "se quejaron porque ella no los había atendido en castellano". "La trabajadora le explicó que ella les respondía en catalán porque veía que lo entendían, y expresó que cuando los clientes no lo entienden, sí responde "en castellano, en francés o en alemán", pero que este no fue el caso: "No me dijeron nada!", critica. Además, la trabajadora también recordó al encargado que su compañera castellanohablante habla solo en castellano y que no ha sido despachada.