El estado español justo empieza un año lleno de citas electorales con malas noticias, ya que el último Índice Mundial de Libertad Electoral (IMLE) muestra cómo recula posiciones en el ranking mundial. Según indica la Fundación para el Avance de la Libertad en un comunicado, España ha obtenido "un resultado mediocre" en la puntuación de su democracia el año 2022. Concretamente, el estado español ha retrocedido dos centésimas con respecto al año anterior, hecho que lo ha hecho pasar del lugar 38.º al 47.º en la lista de democracias del mundo.

Uno de los motivos por los que el estado español ha caído en la lista no responde a sus propias acciones. Es decir, la mejora de estándares democráticos en otros países ha hecho que estos escalen posiciones, es el caso de estados como la República Dominicana o Uruguay. La mayoría de estados que han mejorado sus estándares democráticos se encuentran en Latinoamérica y algunas islas del Pacífico. En cambio, en la primera posición se repite un año más Finlandia, seguida de Islandia, Irlanda, Suiza y Dinamarca.

Sin embargo, el estancamiento de las mejoras democráticas en el estado español lo han arrastrado hacia una peor marca. No es la única democracia occidental que se encuentra con un resultado mediocre. Por ejemplo, los Estados Unidos se sitúan en el lugar 41.º de la lista. Peor es el caso de Alemania, que ha quedado por detrás del estado español, concretamente en 48.º lugar. Otro país de la Unión Europea (UE) en una situación similar es Bélgica, en 50.º lugar. Si bien todos estos países se encuentran en la franja que considera que hay una "alta" libertad electoral, siguen siendo resultados "mediocres".

El sistema electoral español: poco margen de cambio

Según la Fundación para el Avance de la Libertad, el sistema electoral español es "correcto en casi todos los aspectos, pero sin alcanzar niveles de excelencia en ninguno de estos". Por lo tanto, es bueno, pero no suficiente. El informe apunta que el estado español tiene un amplio margen de mejora con respecto al sufragio pasivo. También se critica como el sistema electoral español favorece a los partidos más grandes por encima de los pequeños.

Además, se reprocha la rigidez de la ley de Hondt. "Solo Grecia (lugar 77 y último de la UE) presenta una desproporción mayor en asignar arbitrariamente un cupo de escaños adicionales al partido más votado", remarca la Fundación en su comunicado. Finalmente, también se subraya que el bloqueo que suponen las listas cerradas para los electores y su capacidad de decidir, reforzando así la partidocracia.