La exdiputada de la CUP, Mireia Boya, ha declarado la clara intencionalidad para sacar adelante la República negando que la declaración de independencia del 27 de octubre tuviera nada de "cosmética", sino que ella percibió que buscaba "su efectividad real" y por eso votó a favor, aunque admite que no se pudo desplegar a causa de la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Niega así la proclamación simbólica que el resto de imputados han querido mostrar ante el Tribunal Supremo en sus declaraciones.

Boya ha declarado, también, que en todo momento se buscó el diálogo con el Estado español y una salida pactada al conflicto, siguiendo la misma línea que el resto de investigados, i que desconocía el documento Enfocats: "Nunca había visto el documento de Enfocats hasta ver el atestado de la Guardia Civil".

La Fiscalía no ha pedido ninguna medida cautelar para Boya, que solo ha respondido a las preguntas del juez Llarena y de su abogado, Carles López. I VOX dice que se lo pensará, pero de momento nadie ha pedido nada y Boya sale con cargos pero se puede marchar a casa.

La exdiputada de la CUP Mireia Boya ha defendido ante el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena la "legitimidad y legalidad democrática" de las decisiones que se adoptaron en el marco del proceso independentista.

Boya, como el resto de imputados, también ha explicado que "no ha habido violencia en Catalunya", que en cambio sí que la policía española la ejerció y ha puesto como ejemplo, ante el juez, que "en Calella, la Policía salió una noche de paisano a cazar independentistas". Sobre los hechos del 20 de septiembre y los desperfectos en los coches de la Guardia Civil que había delante de la Conselleria de Economía, ha expuesto que varios periodistas estuvieron sobre los vehículos durante todo el día.

El juez no le ha preguntado a Boya si acataba la Constitución y fuera, ante los medios, la exdiputada de la CUP ha afirmado que "la interpretación de la Constitución no se tiene que convertir en un muro".

Sus abogados han intentado anular la imputación aduciendo que en la medida en que era presidenta del grupo parlamentario de la CUP forma parte del grupo de personas que "habrían aportado el apoyo político" necesario para impulsar el proceso independentista. Pero Llarena lo ha desestimado y Mireia Boya ha declarado desde las 11.11h en la Sala de Vistas del Tribunal Supremo.

Boya advirtió este lunes en rueda de prensa que no piensa renunciar "ni a una coma" del programa electoral de la CUP ni al referéndum, recordando que después de las últimas declaraciones ante Llarena ha quedado demostrado que "no sirve de nada adjurar de la ideología propia para evitar la cárcel", y así ha sido.

La llegada al Supremo

La exdiputada de la CUP Mireia Boya ha llegado a la sede del Tribunal Supremo pasadas las 10.30 horas, donde está citada a declarar por un supuesto delito de rebelión, y donde ha sido recibida por una delegación de diputados de ERC y un centenar de simpatizantes llegados de Barcelona y Lleida.

Boya ha llegado acompañada de la diputada de la CUP Natàlia Sànchez, su abogado, Carlos López, y el secretario general de la Joventut Nacionalista de Catalunya (JNC), Sergi Miquel.

Los concentrados han recibido a Boya con gritos de "no estás sola" y "ni un paso atrás", llevando una urna en alusión al 1 de octubre y enseñas independentistas.

Entre la delegación de diputados que ha apoyado la llegada de Boya en el Supremo había el portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardà, las diputadas Ester Capella y Teresa Jordà y la portavoz en el Senado, Mirella Cortés.

También han acudido diputados del Parlamento como Anna Caula y David Rodríguez, entre otros.

La concentración ha coincidido con varias decenas de afectados del Foro Afinsa.