Mientras la delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa, avivaba el fuego por la prohibición de exhibir esteladas durante la final de la Copa del Rey, el presidente en funciones, Mariano Rajoy, se mantenía en la tónica inmovilista habitual. La actitud de Rajoy de lavarse las manos y considerar que no es "competencia" suya el hecho ha contrastado durante toda la jornada ante la avalancha de reacciones de los distintos partidos políticos, tanto del propio, como de los rivales. También, ya que ella es encargada de una institución que, efectivamente, depende del Ministerio de Administraciones Públicas, y en última instancia, del Estado.

El principal argumento de Dancausa, como había explicado y reiterado, es que la bandera es "ilegal, ajena al deporte y puede provocar un conflicto en el estadio". El gesto de la delegada ha tenido apoyo de dos ministros en funciones, Rafael Catalá, de Justicia, y José Manuel García Margallo, de Exteriores, quien considera "perfecto" el veto. También ha contado con el beneplácito del diputado del PP, Rafael Hernando, para quien la "decisión era prudente  por que la bandera ofende".

Sin embargo, la justificación ha establecido una división de opiniones en el seno del PP y Ciudadanos, que se caracterizan por defender con vehemencia la unidad de España, pero que han discrepado en las sedes de Catalunya y Madrid, a pesar de que las dos formaciones suelen tener una sola línea argumental.

Diferencias en Catalunya y Madrid

El líder del PP catalán, Xavier García Albiol, se ha desmarcado de la dirección estatal, indicando que no compartía la decisión. A juicio de Albiol, se estaría haciendo emerger un problema que no existe, a pesar de que él estaba "harto" de ver esteladas "hasta en la sopa", ha bromeado. Se ha sumado a Albiol el portavoz en el ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández Díaz, quien ha sentenciado: "Ni prohibir esteladas en Madrid ni esconder la bandera española en Catalunya", como gesto de pluralidad política, obviando el clamor de la dirección.

Disputas sobre la opinión por el hecho se han generado también en C's. Su presidente, Albert Rivera, ha considerado que un campo de fútbol era para "ver deporte" y no un Parlamento, alegando que él tampoco llevaría una de C's y que por tanto, nadie tendría que llevarlas de ningún tipo, ya que la UEFA "las había prohibido una vez", ha considerado, rotundamente.

Pero el diputado de la formación naranja, Carlos Carrizosa, se ha alineado con su rival, Albiol, quizá sin conocer el argumentario oficial de la formación naranja. Carrizosa no ha querido entrar de lleno en el hecho, pero ha explicado que era un debate "artificial" el de las esteladas, y que no eran un símbolo "agresivo". Asimismo, el portavoz descartaba que pudiera haber intencionalidad política por parte de Dancausa en la prohibición.

Iglesias y Sánchez, a favor

No se habrán entendido para la formación de los pactos a nivel estatal, pero el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y el de Podemos, Pablo Iglesias, piensan lo mismo, en cuanto a la exhibición de símbolos, y en el concepto de la libertad de expresión en los campos de fútbol, concretamente, en el partido del domingo en la capital del Estado.

A juicio de Sánchez, no sería adecuado prohibir las esteladas, aunque no se esté de acuerdo con la hoja de ruta y el proceso de independencia. "Quiero decir sobre esta falsa polémica de las banderas que, aunque no comparto su significado, su prohibición no es el camino, y que un fuego no se apaga tirando más gasolina", ha expresado el socialista. El de Ferraz ha aprovechado para cargar contra el Rajoy, a quien ha acusado de "agitar las banderas" para no hablar de la multa que la Unión Europea quiere poner a España, por los incumplimientos de los objetivos de déficit público.

Pablo Iglesias ha sido menos diplomático, y ha tachado de "ridícula" y "autoritaria" la prohibición en el estadio Vicente Calderón. "En una democracia no se puede impedir que alguien lleve una bandera porque expresa un sentimiento", ha argumentado el podemita, erigiéndose defensor de la libertad de expresión "y del sentido común".

Puigdemont y Colau

El gesto de Rajoy de lavarse las manos mientras Dancausa avivaba el fuego también ha resultado flagrante para ciertos sectores de la opinión pública, ya que ella es encargada de una institución que, efectivamente, depende del Ministerio de Administraciones Públicas, y en última instancia, del Estado. Asimismo, ha contrastado profundamente con la actitud del president de la Generalitat, Carles Puigdemont, y la alcaldesa, Ada Colau, que como Rajoy, ocupan cargos políticos de primera línea, pero han decidido no asistir al partido, en señal de protesta.

Al conocer la noticia, algunos medios se han hecho eco. Entonces, la delegada del Gobierno ha retuiteado un tuit del escritor y periodista Antonio Burgos, donde venía a decir que "peor" para Puigdemont, si se perdía la final entre el Barça y el Sevilla. El gesto de la delegada parecía aprobar el tuit de Burgos, obviando que ella ocupa un cargo institucional.

Sentencias en el Tribunal

Mientras Rajoy sigue pensando que no es "competencia" suya opinar sobre estas cuestiones, mientras todo el mundo lo ha hecho, incluida la Empar Moliner, y la prensa internacional, ahora la situación ya está en manos de los tribunales. El FC Barcelona ha recurrido la orden de Dancausa, como también lo han hecho la asociación Drets, Òmnium, ANC y la Plataforma Pro Seleccions Catalanes.

La respuesta deberá llegar seguramente el viernes, pero todo apunta a que la comunicación inmediata tendrá lugar tras el Consejo de Ministros con la vicepresidenta en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, que para tales cuestiones suele dar más la cara que Rajoy.