Después de meses de debate territorial, la CUP celebra este domingo su Asamblea Nacional en el teatro de la Pasió de Esparraguera. Una cita ordinaria con dos debates sobre la mesa: el político y el organizativo. Esparraguera era precisamente el lugar escogido inicialmente para decidir qué se hacía con Artur Mas, pero finalmente se cambió a Sadadell por una cuestión de aforo. La recordada asamblea del empate a 1.515, que a la vez, puso de relieve las discrepancias internas de los anticapitalistas. 

En el caso de la ponencia política, que llega al debate con una enmienda a la totalidad y 22 enmiendas específicas, la militancia tendrá que decidir básicamente qué papel jugará la formación anticapitalista a corto y medio plazo ante el actual escenario de proceso independentista “muy institucionalizado”, baja movilización social y un acuerdo con JxSí que “quedó poco definido”, apuntan fuentes cupaires consultadas por El Nacional.

“Para facilitar la acción parlamentaría de los diputados, es muy bueno que empecemos a definir cuáles son los criterios que la CUP acepta dentro del acuerdo”, explican estas mismas fuentes. El objetivo es fijar los límites de este pacto de una manera más pausada y serena para ver cómo se enfoca la hoja de ruta de la coalición independentista.

Precisamente, respecto del pacto con JxSí, dentro de la CUP hay dos posicionamientos divergentes. Por un lado, hay quien opina que no hay que expirar el plazo de 18 meses para ver si los junteros van de verdad con el procés. Mientras que por el otro lado, hay quien cree que se les tiene que dar un voto de confianza. Unos posicionamientos en sintonía con uno de los puntos del documento inicial, que se hizo llegar a las territoriales, donde se fijaba el 10 de enero (un año del gobierno Puigdemont) para ver si se daban pasos claros hacia la ruptura o, si no, denunciarían "el fraude" del pacto.

En la cita de este domingo no está previsto que se hable ni se vote nada en relación con los presupuestos del 2016, que la CUP tiene que negociar con el Govern. Hay que tener en cuenta que lo esperado es que el Ejecutivo catalán presente las cuentas el martes que viene. Por lo tanto, los cuperos todavía no tienen un documento base para debatir a fondo, aunque ellos ya han fijado unas líneas maestras.

De hecho, la decisión de si se da apoyo o no a las cuentas la tramarán el Consejo Político de la CUP y el Grupo de Acción Parlamentaría (GAP), como prevén los estatutos cuperos de Castelló, y en este sentido llevan trabajando desde hace semanas. No obstante, estas mismas fuentes consultadas, confían en no tener que traer esta decisión a una situación extrema, como pasó con la investidura, de convocar una asamblea extraordinaria.

Autocrítica

La ponencia política que se votará el domingo, aparte del acuerdo con JxSí, tiene un segundo objetivo, que es decidir con qué “espacios estratégicos” la CUP da “pasos más firmes” para vehicular puntos de encuentro con el fin de ensanchar la base social del proceso independentista. Por lo tanto, los 800 militantes de la CUP que se reunirán en Esparraguera tendrán que debatir y votar qué papel tiene la formación dentro del Parlament y fuera.

Y una tercera parte, más en un gesto de autocrítica, se centrará en dos frentes: la independencia de los Països Catalans y el socialismo. La militancia debatirá “la contradicción” que supone que el proceso independentista esté “muy centrado en el Principado” y tendrá que poner sobre la mesa cómo hacer crecer la concienciación y la construcción de los Països Catalans. Además, de discutir cómo es posible que desde 2012, con la crisis y con una mayoría absoluta del PP, no haya estallado un clamor social en la calle.

"Estructura eficiente"

El otro debate será el organizativo, poniendo así el foco en unos apartados concretos de los estatutos cuperos, que han recibido 28 enmiendas, después de dos meses de trabajo de las asambleas locales y territoriales. En definitiva, cómo la CUP articula sus contrapesos internos para tener una estructura más eficiente, después del crecimiento cualitativo que ha vivido la formación, tanto a nivel municipal como con la representación en el Parlament.

Ahora mismo, la CUP tiene unos dos mil militantes, de los cuales 400 son cargos electos, sobre todo en los ayuntamientos. “Tenemos que vigilar de no perder el vínculo con la calle”, apuntan estas mismas fuentes cuperas. "Vivimos un momento de encrucijada para decidir si la CUP coge un papel de izquierda del sistema o de organización popular y de ruptura como hasta ahora", matizan.

En este sentido, el domingo se hará un debate inicial de cómo redefinir el GAP, cómo hacer más operativos y más válidos el consejo político y su relación con las territoriales, así como, si ocurre, qué peso tienen las diferentes organizaciones integradas en la candidatura CUP-Crida Constituent. No obstante, “el fondo de toda la organización” se debatirá en otoño.