La refundación que había prometido la CUP después de las dos derrotas electorales este 2023 ya está en marcha y lleva el nombre de "Procés de Garbí", el viento que, como ha señalado Laure Vega, miembro del secretariado nacional, sopla "desde la izquierda y desde abajo". Este sábado ha sido  la puesta de largo de la refundación en la cual todo lo que gira en torno a la CUP, menos sus principios (socialismo, independencia, feminismo y ecologismo), está a debate. Lo han hecho en un acto en el barrio de Sants en Barcelona donde se ha presentado los diecisiete miembros del grupo motor que encabezará este Procés de Garbí, que no estará exclusivamente cerrado a la militancia del partido ya que también podrán participar en él otras personas que no estén ligadas a la formación, pero sí que tengan interés en "la construcción de un país independiente, socialista y ecologista". Estos miembros serán los encargados de elaborar un primer documento que pasará a debate y el proceso culminará con una Asamblea Nacional a mediados de 2024.

En este acto de presentación, los encargados de dar los detalles sobre el Procés de Garbí han sido Non Casadevall, militante de la CUP de Banyoles, y Maria Gordillo, de Sant Cugat. Entre los asistentes había los diputados Xavier Pallicer, Laia Estrada o Mar Ampurdanès, entre otros, y también figuras como  las de Eulàlia Reguant, que dejó la primera línea política pero sigue siendo militante de la CUP, y también Anna Gabriel. A pesar de su presencia, el protagonismo ha sido para el nuevo grupo motor, presentado por Laure Vega, número 2 del partido en las elecciones generales del pasado 2023, aunque tras del porrazo electoral los anticapitalistas no se hicieron con ningún diputado al Congreso. Vega ha dejado claro que este no es un "ejercicio de cosmética" para maquillar las últimas derrotas electorales, ya que eso sería una "irresponsabilidad". "Las herramientas de trabajo, cuando se oxidan se afilan, no se tiran", ha insistido.

Convertir a la CUP en una herramienta útil, uno de los objetivos

Tanto Non Casadevall como Maria Gordillo han insistido durante la presentación en la importancia de aprender de los errores cometidos en este último ciclo político, que dan por agotado, marcado por la efervescencia política y también por el referéndum del 1-O y el postprocés. "Los errores se tienen que asumir, también sus consecuencias que han generado una situación de desconcierto en el cual nos encontramos," han señalado, apuntando a la vez que hay que huir tanto de la culpa como del triunfalismo". Concretamente, Maria Gordillo ha hablado de unos años de victorias y derrotas, pero sobre todo de aprendizajes fruto de los errores cometidos: "El resultado solo puede ser una victoria o un aprendizaje y los errores también son nuestros". Por todo ello, Gordillo ha subrayado la necesidad de que de este Procés de Garbí salga una "CUP actualizada capaz de afrontar el futuro que se nos plantea". Tal como han hecho sus compañeros desde el día que se anunció la re fundación del partido, ha insistido en que lo único que no se replanteará en todo este proceso son los principios de la formación, el resto está a debate, tanto las estrategias como las herramientas para conseguir los objetivos marcados. Estos pasan en buena parte por convertir la CUP en una "herramienta útil para las clases populares", según ha reivindicado Non Casadevall.

La situación de la CUP: dos porrazos en un año

Este sábado, Laure Vega ha reconocido que los resultados electorales distan mucho de los objetivos del partido, aunque el procés ya estaba previsto antes de las últimas elecciones generales, en las que la CUP perdió a los dos diputados que había tenido en Madrid en los últimos cuatro años, obtenidos en noviembre del 2019, solo un mes después de la publicación de la sentencia a los presos políticos. Esta derrota electoral se suma a la que ya había sufrido el partido dos meses atrás, en las elecciones municipales de mayo. A pesar de algunas alegrías como la alcaldía de Girona y de otros pueblos de las comarcas gerundenses, los resultados tampoco fueron buenos, especialmente en Barcelona, donde volvieron a quedarse fuera del Ayuntamiento. Tras los malos resultados en las generales, el número 1 de la candidatura Albert Botran dio un paso al lado que meses más tarde imitó a Eulàlia Reguant, una de las caras más conocidas de la formación, al dejar su escaño en el Parlament.