Las imágenes de la violencia policial el día del referéndum del 1 de octubre dieron la vuelta al mundo. También llegaron a Madrid, donde centenares de personas salieron a manifestarse la misma tarde del 1-O en solidaridad con los catalanes que habían sufrido la represión de la policía española. Después de llenar la emblemática Puerta del Sol con esteladas y banderas republicanas, apareció un grupo de ultras que intentaron destruir la protesta. Con todo, aquel día no se hizo ninguna detención. Meses después, sin embargo, seis de las personas que se habían manifestado en apoyo al independentismo catalán fueron detenidas en su casa, acusadas de delitos de lesiones y desorden público con agravante de odio. Ahora, tal como informa El Punt Avui, más de cuatro años después de la celebración del referéndum, tendrán que pagar el precio de haberse solidarizado con Catalunya: 3 años y 8 meses de cárcel.

Así lo ha decidido un juzgado de la capital española, que en su sentencia condena a dos de los manifestantes: a uno por delito de lesiones y a otro de lesiones leves, en concurso con un delito contra los derechos fundamentales, y también a indemnizar a dos de los ultras que irrumpieron en la manifestación pacífica en apoyo al referéndum. Los extremistas han sido la acusación del juicio y contaban con el mismo abogado que defiende a uno de los atacantes de Blanquerna. Al resto, cuatro manifestantes, se les ha absuelto. Los dos condenados ya han anunciado que presentarán un recurso contra la sentencia, ya que están en desacuerdo con los hechos que se han declarado probados durante el juicio y en la condena.

Identificaciones injustificadas

En abril del 2019 se conocía que estos seis jóvenes madrileños se enfrontaban a hasta cinco años y medio de prisión por participar en esta concentración. Además, el juzgado les impuso una fianza de 17.000 euros para cada uno, que no podían asumir, según ellos mismos reconocieron. Los partidos y entidades independentistas quisieron expresarles su apoyo después de conocerse la noticia, como ellos hicieron con el pueblo catalán el 1-O.

Según explicaron entonces los jóvenes en un comunicado, durante la manifestación se produjeron toda una serie de identificaciones "aleatorias e injustificadas a participantes" e incluso también a personas que pasaban por la zona. Los ahora condenados narraban que aquella era una manifestación tranquila hasta que los ultras intentaron acceder a la plaza con banderas y provocando a los manifestantes. Con todo, la policía no intervino y los encapuchados siguieron intentando crispar a los manifestantes hasta que vieron que eran muchos menos. Aquel día, en la Puerta del Sol se reunieron unas 8.000 personas.

Antes del referéndum, ya se habían convocado manifestaciones en todo el Estado para dar apoyo a los catalanes el 1-O. En Madrid, sin embargo, incluso se había creado el grupo "Madrileños por el derecho a decidir" semanas antes de la consulta de autodeterminación. Este organizó un acto a finales de septiembre del 2017 que no se pudo celebrar en el Ayuntamiento de la capital, pero sí en un teatro de Lavapiés.