Existió un tiempo donde un presidente del PP quiso cargarse la normalización lingüística, pero fracasó. Era el presidente de las Illes Balears, Jose Ramón Bauzá, que redujo la presencia del catalán a un 33% de las clases, en una iniciativa que se conoció como el Tratamiento Integrado de Lenguas (TIL), y que establecía el 33% de clases en catalán, 33% en castellano y el otro 33% en inglés. El proyecto acabó siendo suspendido por el Tribunal Superior de Justicia de les Illes, y provocó una de las movilizaciones más importantes en el territorio, con una huelga indefinida en las aulas. Esta cuestión le costó el lugar a Bauzà, que actualmente ha cambiado la cartera y es eurodiputado de Ciudadanos en el Parlamento Europeo. Ahora sus nuevos compañeros de partido le han cogido la estrategia y en el Parlament de Catalunya han registrado uno proposición de ley muy similar a la estrategia de Bauzà, y que con toda probabilidad no tendrá ningún recorrido.

En medio de la celebración del pleno del Parlament que empezó ayer y se alargará hasta mañana, donde el tema de la lengua está siendo más que comentado a raíz del ultimátum del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya para imponer el 25% del castellano, los diputados Carlos Carrizosa y Anna Grau han salido del hemiciclo para dirigirse al registro y llevar una proposición de ley que pretende implantar un sistema trilingüe en Catalunya que dé la misma presencia al catalán, el castellano y el inglés: un 25%. Grau se ha vestido para la ocasión, y es que iba con una camiseta que pone "hablo español porque me da la gana".

Así, la propuesta de Ciutadans fija por ley una cuarta parte de todas las clases en cada una de estas lenguas, mientras que el 25% restante quedaría "a discreción de los centros en función de las realidades socioculturales de las diferentes áreas de Catalunya". Además, se quiere incluir un "programa de capacitación para el profesorado en inglés" con el fin de asegurar que los docentes tengan conocimiento de esta lengua. Evidentemente, sin embargo, lo que más sorprende de esta acción no es la inclusión del inglés como idioma de aprendizaje en Catalunya, sino los porcentajes de catalán y castellano. Y es que con esta propuesta los naranjas no sólo darían cumplimiento a la sentencia del TSJC que impone el 25% de castellano en las aulas, sino que también reducirían considerablemente el catalán a las aulas hasta convertirla en una lengua más del sistema educativo.

 

El partido naranja está haciendo de la lengua un campo de batalla, y sus diputados han llegado a comparar en sede parlamentaria casos como los de la escuela de Canet con terrorismo o con la discriminación a la afroamericana Rosa Parks. Ayer mismo cuando empezó el pleno del Parlament la presidenta Laura Borràs inició su intervención cargando contra la intromisión de los tribunales, el diputado de Cs Nacho Martín Blanco la intentó censurar sin éxito.