El cambio de estatutos de Ciudadanos, con la vista puesta a la asamblea general del más de febrero, ha generado malestar en algunos sectores de la militancia que presentarán enmiendas a las ponencias que se aprobarán en el encuentro y que tienen que marcar la acción política de C's en los próximos años.

Desde que el partido se fundó, en el 2006 en Barcelona, han sido mínimas las voces discordantes con la dirección pero ahora, con 30.000 afiliados, la cosa ha cambiado y la dirección se siente cuestionada. ¿Quiénes son los críticos con el núcleo duro del presidente del partido, Albert Rivera, y qué piden?

TranC'sparencia

Por una parte, hay un grupo de militantes de base agrupados en una plataforma llamada 'TranC'sparencia'. El movimiento nace en Madrid con personas como Diego Gutiérrez, José María del Romero, Elena Jiménez o Pedro José Martínez al frente. Después de unos meses trabajando en la sombra, se presentaron públicamente este mes de diciembre en un acto en la capital española.

Unos 400 afiliados han firmado el manifiesto de la plataforma, que pide democracia interna y libertad de expresión, y cuentan con unas 1.200 adhesiones en el conjunto del Estado.

Se definen como un "grupo de trabajo" y defienden "la convocatoria de elecciones con igualdad de oportunidades" y la eliminación del voto telemático para que sea presencial, en una urna y secreto. También apuestan por la independencia de los órganos que tienen que velar por la democracia interna de la formación, ante los "amiguismos". Cuestionan también que los coordinadores territoriales, que son los que "gestionan el poder efectivo" en las delegaciones, sean nombrados directamente por la cúpula de Rivera, "a dedo".

Denuncian "tics dictatoriales" de la dirección; aseguran que personas que se han sumado abiertamente al manifiesto han sido apartados de cargos de responsabilidad: "hay miedo".

A pesar de todo, no se consideran "críticos" sino que matizan que lo que quieren es lo mejor para el partido y no caer en los vicios de los partidos tradicionales.

Por eso, apuestan por una dirección plural y no fiscalizada por el núcleo duro de Rivera. Desde el pasado mes de abril, han enviado varios comunicados a la ejecutiva del partido que, ni les ha contestado, ni se ha puesto en contacto con ellos para valorar las quejas.

Interpretan que todo esto es fruto de una dirección personalista que no acepta la diferencia y que "ha perdido el rumbo" y que "distorsiona la realidad", asegura Romero a ElNacional.

Ponen como ejemplo la modificación de los Estatutos del partido -hecha a última hora- que, bajo su punto de vista, sólo busca asegurar que Rivera y su equipo continúen sin problema al frente de C's e impongan su estrategia.

Además, son especialmente críticos con Fran Hervías, secretario de organización, a quien en buena medida responsabilizan de la situación: "nos llama los espiritistas", lamentan irónicamente desde TranC'sparencia.

En el último comunicado, del pasado 29 de diciembre, denuncian que el censo que la dirección del partido ha publicado de cara a la asamblea de febrero está manipulado: "el censo se ha hinchado artificialmente en una nueva y grave violación de normas básicas para el funcionamiento democrático. Además, esta distorsión se ha hecho para favorecer aquellas comunidades autónomas donde el aparato espera tener más apoyo".

La intención de la plataforma no es disputar el liderazgo del partido a Rivera sino "ejercer de contrapoder", afirma Romero. Por eso, quieren tener presencia en el Consejo General y la Comisión de Garantías.

En definitiva, quieren reformar los estatutos para que el partido naranja sea tan "regeneracionista" como repite públicamente el líder, Albert Rivera.

Los socialdemócratas

El sector socialdemócrata del partido representa al otro núcleo duro de críticos. En este caso, están en contra de la entrega del partido a las tesis liberales y defienden la necesidad de respetar el alma socialdemócrata que impulsó la formación en sus orígenes.

Francesc de Carreras con Inés Arrimadas en el Consejo General de Barcelona / ACN

En una reunión en Barcelona el 17 de diciembre, Rivera y su equipo sometieron a votación del consejo general una nueva ponencia de valores para el partido, que elimina el rastro del socialismo democrático y refleja –según este sector- las ideas que la formación ha defendido a nivel estatal a lo largo del último año y medio.

El texto define C's como un partido "constitucionalista, liberal, democrático y progresista" que apuesta por la economía de mercado, la libre competencia y el estado de las autonomías. También rechaza las políticas "sectarias" y reclama unos poderes públicos que garanticen las libertades de los ciudadanos. Además, sitúa a la organización en la tradición constitucionalista empapada de la Ilustración, la Constitución Americana y la Revolución Francesa y heredera del liberalismo español de las Cortes de Cádiz.

La propuesta causó malestar entre los militantes de C's escorados en el centro-izquierda, que han expresado últimamente su "preocupación" por el giro de la dirección hacia el liberalismo. "Parece que sólo planteamos recetas enmarcadas en los dogmas del liberalismo económico, y que no explicamos cómo afectan a estas medidas a nivel social", se quejan algunos sectores.

En este sentido, el diputado en el Parlament, Sergio Sanz, presentó una enmienda a la totalidad al borrador de la ponencia de valores que fue rechazada por la dirección en el consejo general del mes de diciembre. Ahora, este sector presentará otra enmienda a la totalidad en vistas a la asamblea general de febrero.

El texto establece a C's como una formación que se nutre del "liberalismo progresista y el socialismo democrático", con voluntad de ocupar un espacio de centralidad política -a partir de una actuación "dialogante y conciliadora" -, de firme compromiso en favor de los" derechos y protecciones sociales", y que apuesta por una "economía social de mercado".

Carolina Punset

La tercera voz discordante es la de Carolina Punset. Punset se dio de baja de la ejecutiva del partido después de que la dirección la desautorizara para definir la bandera como un "trozo de tela" el día que el País Valencià celebraba la Diada. Unas declaraciones que generaron bastante polémica.

En los últimos tiempos, Punset ha criticado la falta de democracia interna del partido y se presenta como una alternativa a la dirección que, según la eurodiputada, ha cedido a los postulados regionalistas. Defiende que es necesario volver a los orígenes y evitar ser la muleta del PP cuando a los populares los convenga.

Algunas fuentes apuntan que el objetivo de Punset, hoy por hoy, no es ganar a Rivera sino configurar una alternativa dentro de C's y, en segundo término, conseguir el control del partido en el País Valencià.

Una vez se renueve la dirección nacional, llegará el momento de los consejos territoriales autonómicos. Ahora mismo ni Punset ni Alexis Marí –portavoz de C's en las Corts y pareja de Punset- tienen representación a la dirección. Actualmente, hay una pugna entre la dirección oficialista y fiel a Rivera, con Fernando Giner al frente, y Punset y su entorno, que intentan cambiar las tornas.

Si Punset se enfrenta a Rivera, a pesar de salir derrotada, ganará cierta relevancia y podría hacer que llegara al consejo autonómico con más fuerza. Todo eso en una zona relevante para el partido naranja. Y es que la Comunidad Valenciana es la tercera comunidad autónoma con más afiliados.