La crisis migratoria y política que se ha abierto en Ceuta amenaza con trasladarse ahora a Andalucía, y hace tambalear al gobierno autonómico presidido por el popular Juan Manuel Moreno.

El portavoz de Vox en el Parlamento andaluz, Manuel Gavira, ha afirmado que su grupo dejará de dar apoyo al gobierno andaluz si Andalucía acoge a los menores que han llegado a Ceuta desde Marruecos, y que serán trasladados a la península. Es algo que el partido ultra asegura que no consentirá.

En la rueda de prensa, se ha hecho evidente que la crisis de Ceuta está causando tensiones a la mayoría parlamentaria de Andalucía. El portavoz de Vox ha pedido en este sentido la dimisión de la consejera de Igualdad y Políticas sociales, Rocío Ruiz, después de que ha anunciado que Andalucía "está esperando" la llegada de los menores "vulnerables" y que la Junta de Andalucía "trabaja para atenderlos".

"Que dimita, que se vaya a su casa y que allí espere a quien quiera", ha indicado Gavira, que ha emplazado al presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, a "asumir las consecuencias" de las palabras de Ruiz. Según Vox, lo que está pasando "no es una cuestión humanitaria, sino "una invasión que está sufriendo España y una agresión a su integridad territorial".

El PP, con 26 escaños, y Ciudadanos, con 21, gobiernan en Andalucía, con el apoyo externo de Vox, con 11 diputados. La mayoría absoluta está situada en los 55 diputados.

Ceuta se ha convertido en el epicentro de este fenómeno. Ayer el presidente español Pedro Sánchez fue recibido como fue recibido por el "pueblo de Ceuta": entre insultos y abucheos, con un gran dispositivo de seguridad a su alrededor. Muy diferente ha sido el recibimiento que ha tenido hoy Santiago Abascal por parte del mismo "pueblo de Ceuta". Mientras todos los diputados estaban en el Congreso para la sesión de control en el Gobierno, el líder de la extrema derecha cruzaba el Estrecho para regar con todavía más gasolina el polvorín. Una guerra de gobiernos, los de España y Marruecos, en la que salen perdiendo los millares de migrantes que buscan una vida mejor y, también, los tratados internacionales de derechos humanos. Y sólo gana la extrema derecha sacudiendo el espantajo xenófobo de la "invasión".