La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ha mantenido la incertidumbre sobre su futuro, durante el discurso en el XIX congreso de la formación, una vez deje el cargo este fin de semana. Así y todo se ha ahorrado reproches a la candidata Soraya Sáenz de Santamaría ante los más de 3000 compromisarios que decidirán al futuro líder. Eso pasa aunque Cospedal es archi-rival de Santamaría y en este proceso sucesorio ha dado apoyo a Pablo Casado, e incluso, pese a que Mariano Rajoy las habría instado a la integración, según El Mundo.

"No tengo frustración" ha expuesto, aunque no consiguió pasar a la segunda vuelta de las primarias entre la militancia, después de 10 años al frente del partido. "Siempre hice aquello que consideraba más justo y no por amistad personal o afinidades", ha vuelto. "No tengo cuentas pendientes" ha zanjado. También ha afirmado que "esté donde esté" estaría orgullosa de ser "doblemente española". "Porque soy del PP y porque soy española" ha reiterado.

El hecho es que desde la candidatura de Santamaría veían con recelo el discurso de Cospedal durante la presentación del informe de gestión, por si introducía críticas veladas hacia ellos. La única referencia añadida sería que el PP "se ha partido la cara" por defender las políticas surgidas del Consejo de Ministros -que Santamaría ocupó durante casi siete años, y la exvicesecretaria, dos.

Eso sí, Cospedal ha apelado a la "unidad" de los candidatos, una vez concluya el proceso de sucesión, así como a la "grandeza" del PP en adelante.