Catalunya, como el resto del mundo, se ha instalado en una excepcionalidad rutinaria, a raíz de la emergencia sanitaria por coronavirus. A pesar de intentar seguir con el día a día, los hechos más cotidianos no se practican con la habitual pátina de normalidad. Es el caso de esta entrevista con Marcel Mauri, que rompe los esquemas tanto por la forma como por el fondo. Cierto es que en el caso de Catalunya, los últimos dos años de prisión y exilio, con mítines virtuales y reuniones telemáticas, han hecho que las imágenes de videoconferencias y conexiones a distancia sean más familiares. Desde el comedor de su casa en Badalona, donde vive confinado desde el sábado, el vicepresidente de Òmnium analiza la gestión de la situación por parte del gobierno del Estado, en esta conversación con ElNacional.cat. Reflexiona, entre otras cuestiones, sobre si hay que dejar el procés en cuarentena para priorizar la lucha contra el Covid-19 y sus consecuencias.

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¿Cómo va el confinamiento?
Como todo el país, confinado, haciendo caso a aquello que dicen las autoridades sanitarias, los epidemiólogos y los científicos. Confinamiento total como ha dicho nuestro gobierno, desde el sábado. He salido sólo un par de veces a comprar, para mí y para mis padres. Trabajo en casa para la universidad, hago tutorías online. Encerrado, como todo el país.

Un sobresalto así siempre auda a relativizar las cosas...
Una situación así nos demuestra que aunque las afectaciones pueden ser múltiples y afecta a toda la ciudadanía, es evidente que hay unas capas en la nuestra sociedad que son las que sufren más. Los datos de personas que están sufriendo expedientes de regulación de empleo son aterradores. No sólo es la pandemia, la gente enferma, los muertos, sino también toda la vulnerabilidad social que tenemos en nuestro país. Hasta ahora, una de cada cuatro personas vivía en el umbral de la pobreza y esta pandemia con la crisis económica que comporta lo agravará más. Tengo mucha preocupación en este sentido, con aquella sensación de que los platos rotos los acabarán pagando más los de siempre.

La política española juega un papel muy lamentable en esta situación. En lugar de científicos salen militares. Se están aplicando recetas del SXIX para detener una pandemia del SXXI

¿La situación de emergencia sanitaria obliga, también, a poner el procés soberanista en cuarentena?
El país desgraciadamente no está en cuarentena, porque el confinamiento total que es lo que las autoridades sanitarias, la OMS, los principales médicos del mundo recomiendan, no se ha decretado todavía en España, cosa que es sorprendente. Quiere decir que la política española juega un papel muy lamentable en esta situación. Ver cada día como en lugar de salir médicos y científicos al lado de políticos, como en este caso sí que hace el Govern de la Generalitat, salen militares, demuestra que algo no están haciendo bien. Se están aplicando recetas del SXIX para detener una pandemia del SXXI. Quien seguro que no ha parado la represión es el Estado, porque sigue habiendo presos políticos, gente en el exilio, causas judiciales abiertas. Por lo tanto, el Estado habría podido hacer una cosa muy fácil que era una amnistía o, cuando menos, que los presos bajo el 100.2 puedan estar ahora en casa con sus familias. Y no han hecho. Al contrario. Es la vieja receta del Estado, que utiliza el miedo a una situación tan dura y de tanto dolor como es la pandemia para intentar aplicar estas soluciones del SXIX: militarización, reforzar la monarquía cuando además se detecta que es corrupta, recentralización, mensajes nacionalistas tronados... Para comunicar el "quédate en casa" que han hecho por toda Europa, en España han escogido "lo venceremos unidos". Venden un proyecto político en lugar de estar luchando con lo que toca. Persiguen la disidencia. Si alguien osa criticar las medidas del Estado, alguien con galones como científicos, le acusan de mal ciudadano. Dejad estar la politiquería y de buscar soluciones del SXIX como la monarquía y militares. Es increíble. El estado español es ineficaz. No se creen el estado de las autonomías. Como deben tener miedo de que otras administraciones puedan hacer frente a la situación de manera más eficiente entonces recentralizan. Dejad la batalla política. ¡Sacad a los militares y poned científicos! Que es lo que tendría que hacer un estado moderno del SXXI.

Por suerte o por desgracia, sin embargo, Catalunya está en manos de este Estado. ¿Qué salida plantea? ¿Desobedecer?
Es un estado centralista de mando único, donde sale el rey y no pide disculpas por el 3-O y la corrupción -Valonyc está en el exilio por decir que los Borbones son unos ladrones y tenía razón, los Borbones son unos ladrones. Siguen pensando en el mando único, el ejército, la corona, incapaces de dar la respuesta adecuada. Tenemos que hacer como siempre hemos hecho en este país, una sociedad civil fortalecida, cohesionada. Estamos viendo todas las redes de ayuda que se están creando, con apoyo de barrio, los jóvenes yendo a comprar para las personas mayores. Toda esta fortaleza de la sociedad civil demuestra que la horizontalidad y la gestión desde aquello próximo siempre es mucho mejor. Desde la primera trinchera. Y evidentemente con este ejército desarmado de batas blancas que es el personal médico que realmente se la está jugando. No sólo tienen que recibir aplausos, sino los recursos que los Borbones nos han robado.

Valtonyc tenía razón: los Borbones son unos ladrones. El personal médico tiene que recibir no sólo aplausos, sino los recursos que a los Borbones nos han robado

Y más allá de la sociedad civil, ¿cree que es momento que el Gobierno catalán ponga en práctica la desobediencia?
El Govern de la Generalitat ha tenido que tomar decisiones muy duras, como es el confinamiento de Igualada hace más de una semana. Es una decisión dura que se atenía a criterios no políticos sino científicos y médicos. Hay que seguir exigiendo este confinamiento total, cierre de puertos y aeropuertos.

Pero más allá de exigirlo, ¿puede practicarlo?
Tiene que hacer aquello que esté en sus manos. No sé qué competencias exactamente puede desarrollar o no. Pero hay que seguir poniendo en primer término las recetas que la OMS, científicos y médicos están pidiendo. Y acompañar con políticas económicas y sociales. El gobierno catalán está haciendo lo que puede. Y quien no lo está haciendo es el Gobierno. Ojalá no sea demasiado tarde.

Hay una Madrid republicana y antifascista, que sufre a los mismos Borbones que nosotros y se los quiere sacar de encima

¿Y aparcar la reivindicación nacional?
No hay ninguna otra prioridad en este país ahora mismo que no sea la lucha contra esta pandemia. El problema es que el Estado ha decidido hacer de eso una lucha política y seguir manteniendo vivo el conflicto. Es el Estado quien lo provoca. Ya nos gustaría poder decir, aparcamos todo eso, porque el Estado lo ha entendido y ha aplicado una amnistía o los ha dejado en libertad y hace lo que dijo Pedro Sánchez que es poner el contador a cero. Pero han hecho todo el contrario: sacar al rey e intentar colarnos la corrupción real en medio de esta crisis. Es que es muy bestia.

La cacerolada que promovió Òmnium el otro día durante el discurso del rey se escuchó incluso en Madrid...
Y en Galicia y en el País Valencià y en las Islas, en Euskadi y también en muchos barrios de Madrid, sí. Hay una Madrid republicana y antifascista, que sufre a los mismos Borbones que nosotros y se los quiere sacar de encima. Pero desde el Gobierno ni siquiera quieren impulsar una comisión de investigación. Y toda la pasta que han robado a los Borbones corruptos y lo que les tenemos que dar cada año irían muy bien ahora en esta crisis.

¿Os ha decepcionado la actitud de Podemos y los comunes en este sentido? ¿Creéis que podrían hacer más para presionar al PSOE, por ejemplo, por una comisión de investigación en el Congreso?
En el caso de Podemos siempre hemos dicho que si tenemos aliados en este sentido y si hay un partido sensible con lo que ha vivido Catalunya es Podemos. Por lo tanto, más allá de las contradicciones que todo el mundo tiene, no tenemos nada que decir. Y en el caso de los comunes, un partido soberanista, también ayudaron a promover la cacerolada. Somos compañeros de luchas.

¿Qué trabajo tiene previsto hacer Òmnium las próximas semanas? ¿Os estáis reinventando para impulsar acciones desde el confinamiento?
Sí. Como primera entidad civil del país con 182.000 socios, queremos poner toda nuestra musculatura para salir de esta situación tan dura. Tenemos varios ejes de trabajo. Queremos seguir siendo útiles y liderando la respuesta cívica y social. Fomentando la cultura que quedará muy tocada, denunciando la represión y la voluntad de militarización y borbonización y sobre todo ser útiles para luchar contra la pandemia. Y ayudar a recoger fondos y poner a disposición a nuestros más de 10.000 voluntarios.

No sabemos qué pasará el 11 de septiembre. Sabemos que la pandemia durará tiempo, que afecta días tan importantes como Sant Jordi

¿El 11-S peligra por el coronavirus?
Entiendo que no, pero voy con mucho cuidado. No sabemos qué pasará el 11 de septiembre. Sabemos que la pandemia durará tiempo, que afecta días tan importantes como Sant Jordi. El 11 de septiembre la situación probablemente habrá cambiado, pero no hemos llegado tan hacia allá. Tenemos que mirar más el día a día. Veremos qué pasa, es evidente que será un 11-S diferente. También porque la represión se mantiene y porque o habremos salido de la pandemia y estaremos inmersos en una crisis económica y social bestial, o quizás estaremos todavía saliendo de la pandemia. Nos tendremos que arremangar todos para ayudar a los más vulnerables.

¿Cómo están viviendo los presos el confinamiento? ¿Ha hablado con Cuixart?
He hablado con menos facilidad que habitualmente. Él está muy preocupado por la crisis sanitaria, social y económica. Envía mensajes de calma y nos invita a cuidarnos.

Ahora que había podido empezar a salir con el 100.2, supongo que es un golpe...
Fijaos si el 100.2 no es libertad que a la mínima de cambio ya se lo han cargado y no han tenido la humanidad para que los presos que estaban con el 100.2 pudieran ir a su casa con sus familias. Por eso hace falta la amnistía. La prisión se vive con más bestialidad todavía en momentos como este. Ni siquiera pueden hacer lo que hacemos los otros que es encerrarnos en casa con la pareja, los padres, los hijos.

Usted, que es siempre una persona positiva, ¿ve alguna oportunidad en esta crisis?
Seguro. Ahora mismo con tanta gente sufriendo, cuesta, pero evidentemente nuestro país siempre responde. Hemos pasado etapas muy duras, nuestros abuelos, nuestros padres, nosotros. Desde esta fuerza colectiva y red de solidaridad. La acción dando las gracias a profesionales sanitarios, cajeras de supermercado, transportistas, vecinos que salen a comprar para los que no pueden, esta red de resistencia es siempre un motivo para la esperanza. Esta semana mi padre hizo 80 años, no pude irlo a felicitar. Hicimos una fiesta sorpresa por videoconferencia. Y mi padre nos trasladó un mensaje: insistid en ser felices.