El Gobierno y los ejecutivos de las diversas comunidades autónomas han acordado que el curso escolar acabará en junio, como cada año, a pesar de las jornadas perdidas a causa del cierre de las escuelas por el coronavirus.

Es decir, no se alargarán las clases durante el verano, a pesar de que sí que se deja la puerta abierta a que cada territorio organice o dé apoyo a la realización de actividades de refuerzo en el periodo estival, "en formas diversas y combinadas con actividades lúdicas".

Esta ha sido la principal de las decisiones adoptadas en la reunión de la Conferencia Sectorial que hoy ha mantenido de forma telemática la ministra de educación, Isabel Celaá, y los consejeros de educación de las diferentes comunidades, con el fin de definir como afrontar la finalización del curso escolar, completamente alterado por pan pandemia de coronavirus.

Fuentes del ministerio de Educación también han detallado que las actividades estivales programadas por las diferentes conselleries de Educación "pueden estar promovidas por otras administraciones u organizaciones, contando con el concurso del voluntariado y en contacto con los centros educativos y sus docentes".