Recién llegado de Londres y con la euforia de ver Barcelona cada vez más cerca de acoger la Agencia Europea del Medicamento (EMA), el conseller de Salut, Antoni Comín, ha reivindicado desde el Cercle d'Economia que "Catalunya no tendría que renunciar a ser la Finlandia de la salud." A la espera de que la Comisión Europea (CE) lance unas pruebas PISA que evalúen la calidad de la sanidad pública de cada país, Comín ha emplazado Catalunya a situarse entre los mejores.

"¿Nos piden ser la Finlandia de la salud como país"?, se ha (auto)preguntado el conseller justo antes de destacar su rol de ejemplaridad y referencia internacional con respecto al sistema educativo. Y más allá de la pregunta, la respuesta (con garantías al derecho a la salud): "Construir un sistema público de salud que sea reconocido internacionalmente por sus resultados." O lo que es lo mismo, una Catalunya líder en el PISA de la salud.

Para todo, Comín se ha mostrado confiado en una mejora de la financiación "por la vía que la historia y la democracia determinen". Y es que según el conseller, si Catalunya tiene alguna estructura de Estado es "precisamente su sistema público de salud." De momento y con la voluntad por parte del govern de asumir plenas competencias, Catalunya ya es la cuarta región con más capacidad para atraer fondos europeos en investigación en salud. 

Un trindente de retos

Antes de hacer salud ficción con las pruebas PISA, Comín también ha recordado la historia "de éxito" de la construcción del sistema nacional de salud des de 1980 hasta la actualidad. Bajo la bandera de la transversalidad, el consenso político y el incrementalismo, se ha alcanzado un modelo catalán de salud que "ya está entre los mejores de Europa".

Pero lejos de conformarse con el camino recorrido, el conseller no ha dudado en señalar cuál es el tridente de retos que Catalunya tiene todavía por adelantado: restaurar todo aquello perdido durante los "dolorosos" años de crisis, mejorar y reformar dentro de la "normalidad presupuestaria" y afrontar los "silenciosos" retos estructurales (demográficos, tecnológicos y culturales). Sin ningún tipo de voluntad de renunciar a la equidad, calidad y sostenibilidad del modelo actual, Comín se ha mostrado partidario de separar "las decisiones clínicas del lucro."

Objetivo: sostenibilidad

"Aparte de nuestra genética, lo más importante es el sistema social del país", ha asegurado el director general de Hospital Clínic, Josep Maria Campistol, antes de matizar que el sistema sanitario sólo participa un 15% en nuestras expectativas de vida. 

En este sentido, Campistol ha puesto sobre la mesa de debate cuatro nuevos retos: más inversión del sistema público en el sistema de salud, más eficiencia, más inversión tecnológica y mejorar tanto las condiciones como los incentivos de los profesionales. "Despoliticemos la sanidad pública", ha remachado. 

De la educación de Finlandia a la salud de Catalunya.