El vacío que se quiso hacer al president, Carles Puigdemont, el jueves pasado en las jornadas del Cercle d'Economia de Sitges, con la ausencia de las habituales preguntas con que se cierran las intervenciones, no fue precisamente provocado por la indiferencia de los representantes del mundo económico asistentes al acto. Había preguntas al president. Las azafatas, según algunas fuentes, tenían las habituales tarjetas para hacerlas llegar al responsable de moderar el debate. Pero a la hora de la verdad no se formularon. Sólo se leyó una. Esta situación, según ha sabido El Nacional, ha provocado malestar entre una parte de los miembros del Cercle.

Al acabar la intervención de Puigdemont, el presidente del Cercle, Juan José Brugera, anunció que se abría un "pequeño espacio de diálogo" y pidió a los organizadores que le hicieran llegar las preguntas por escrito que se habían presentado. Pero las tarjetas no llegaban. "No hay preguntas", añadió después de unos momentos de una situación incómoda. Hasta que apareció una, que Brugera procedió a leer, en castellano tal como se planteó: "President, en Catalunya no se dan las condiciones equitativas para un referéndum porque el Govern no es neutral y los medios de comunicación catalanes hace años que adoctrinan contra España y ocultan las graves consecuencias".

La dureza de la supuesta pregunta provocó que algunos de los asistentes se removieran en su asiento mientras otros se cruzaban miradas y comentarios a media voz. Al leerla no se identificó el autor de la intervención, aunque en medios empresariales se asegura que fue escrita a cuatro manos por el presidente de la Fundació Cercle d'Economia, Carlos Cuatrecasas, y el expresidente del Club Náutico, Enrique Corominas, los dos vinculados en mandatos anteriores a la presidencia del Cercle.

Boicot o incompetencia

La evidente hostilidad de esta única intervención desde el público -que algunas fuentes califican directamente de "maleducada" -, ha provocado malestar entre los socios que se preguntan qué pasó con el resto de cuestiones, si existían, y por qué no se llegaron a formular.

No falta, no obstante, la versión más bienintencionada -o no- de algunos miembros de la entidad consultados que se niegan a hablar de la existencia de un boicot contra Puigdemont y atribuyen la incómoda situación que se produjo el jueves a "incompetencia" de alguno de los responsables de vehicular de manera adecuada el acto. Según, algunos miembros de la entidad, el error fue no avisar de que habría preguntas, lo cual hizo que, al acabar el parlamento de Puigdemont, Brugera se encontrara sin cuestiones de los asistentes y sin los reflejos necesarios para improvisar preguntas, mientras se recogían las del público.

Hubo más quejas, sin embargo. Sorprendió de manera desagradable que el presidente del Cercle hiciera la intervención de introducción de Puigdemont en castellano. Este ha sido el primer año, aparte de las presentaciones que protagonizó el anterior responsable, Anton Costas, que se daba paso al president de la Generalitat con una intervención en castellano, según socios veteranos. Y por si no era suficiente tampoco gustó el tono, en particular, el hecho de que el parlamento de presentación se asumiera la tesis del Gobierno español y emplazara a Puigdemont a acudir al Congreso de los Diputados - "donde reside la soberanía española" - a exponer las reivindicaciones políticas de Catalunya.

Todo este malestar no hizo más que crecer al constatarse la diferencia de trato que recibió el presidente español, Mariano Rajoy, durante la clausura del sábado. A Rajoy se le expresó la "felicitación y reconocimiento" por la mejora de la economía española y se le emplazó a "dotar de contenido" la posibilidad de buscar un "mejor encaje" de Catalunya en España, precisamente la apuesta que se defiende desde el Ejecutivo del Estado.

Rompe la neutralidad

Representantes del Cercle, en especial antiguos responsables pero también miembros de la Junta, lamentan que este posicionamiento representa una ruptura con la voluntad de estricta neutralidad que siempre ha intentado mantener esta entidad. De momento, sin embargo, esta irritación se ha mantenido en comentarios que se intercambiaron durante las jornadas de Sitges y en días posteriores, ya que la próxima reunión de la Junta no se celebrará hasta el martes, 13 de junio.

El debate soberanista ya provocó un episodio de tensión en el Cercle con motivo de las elecciones del 27-S del 2015, cuando el entonces presidente, Anton Costas, se vio obligado a retirar la propuesta de declaración sobre el posicionamiento de la entidad ante los comicios. El rechazo de una parte de la cúpula ante el pronunciamiento que proponía Costas, abiertamente contrario al proceso soberanista y a la candidatura de JxSí, obligó a enmendar el texto ante el riesgo de ruptura de la Junta.

El Cercle está integrado por representantes del mundo económico, empresarial y financiero catalán, pero también por representantes del mundo académico y político, y siempre se ha caracterizado por una clara voluntad de transversalidad y neutralidad.