El mensaje está claro: "Quédate en casa". Pero parece que no todo el mundo lo acaba de entender. Desde que se activó la alerta sanitaria, el sábado pasado, la Guardia Urbana de Barcelona ha puesto ya 2.391 denuncias a personas que han incumplido de uno u otro modo la orden de confinamiento decretada con el estado de alarma.

La cifra la ha facilitado el teniente de alcaldía de Seguridad, Albert Batlle. Eso significa que la media ha sido de unas 400 multas al día, en lo que va de semana. En paralelo, los agentes han hecho 9.715 avisos y 87 inspecciones en locales.

Durante una comparecencia telemática desde el Ayuntamiento de Barcelona, el titular de seguridad de la ciudad ha hecho un llamamiento a la paciencia colectiva, después de haber detectado que la inmensa mayoría de quejas e incidentes que ha registrado el cuerpo siguen siendo por riñas de convivencia entre vecinos y en el espacio público. Batlle ha informado también que hay dos agentes de la Guardia Urbana posibles positivos de Covid-19 y que 161 más se encuentran en aislamiento.

En relación a la movilidad, el consistorio está de enhorabuena. Después de la situación crítica de primera hora de la mañana del lunes, cuando se vivieron algunas aglomeraciones en el metro, los últimos datos confirman que sigue el descenso de usuarios. Hoy jueves ha habido un 86% menos pasajeros en el suburbano, un 91% menos en los autobuses, un 80% menos en los Ferrocarrils de la Generalitat y un 88% menos en el Tram. También ha bajado el tráfico. Concretamente, ha caído un 65% la circulación de vehículos dentro de la ciudad y un 50% en las rondas.

Preparados para el punto álgido de contagios, a la espera de mascarillas

Con todo, la concejala de Salud, Gemma Tarafa, ha querido advertir de que si bien "se está haciendo bien", hay que seguir en la misma línea, ya que todavía no se ha llegado al pico de contagios. En este sentido ha explicado que el consistorio se prepara para que "el punto álgido" llegue entre este fin de semana y la próxima semana. Por eso ha insistido en que hay que seguir confinados.

Barcelona no es una excepción y, como pasa en toda Catalunya, también tiene problemas de acceso a las mascarillas. Para paliar la situación, el Ayuntamiento ha habilitado un almacén de recogida para recibir donaciones. De momento, se han recaudado unas 20.000, que después se distribuyen en función de las necesidades, empezando por los servicios esenciales como son los trabajadores sociales.

La atención del Ayuntamiento a las personas más vulnerables ha ido creciendo en las últimas horas. Así, por ejemplo, ha se están repartiendo más de 4.800 comidas diarias a familias necesitadas.

Desde el consistorio hacen un llamamiento también a intentar reducir el consumo de información, por salud mental y emocional. Porque "estar sobreinformado genera más angustia de la que podemos sostener".