El Nacional publicó el 24 de enero pasado esta entrevista con la entonces diputada de JxSí y expresidenta de Òmnium Cultural Muriel Casals, que ha muerto a consecuencia de las heridas que sufrió al ser atropellada por una bicicleta el 30 de enero. Por su interés humano y periodístico reproducimos de nuevo íntegramente el texto de la conversación con Muriel Casals.

 

 

Casals: "El Rey teme recibir a la presidenta Forcadell"

Muriel Casals (Aviñón, Francia, 1945) fue cinco años presidenta de Òmnium Cultural antes de convertirse en uno de los rostros imprescindibles del proceso independentista impulsado por la sociedad civil catalana. Hoy, desde el Parlament, se muestra optimista sobre el futuro de la legislatura apenas en marcha, a pesar de ser consciente de los riesgos que plantean tanto los apoyos de la CUP como las rivalidades internas en JxSí.

Parecía imposible hace quince días, pero finalmente ya hay un presidente investido y la legislatura se ha puesto definitivamente en marcha. ¿Cómo lo ve? Con alegría. Quiere decir que podemos empezar a trabajar con normalidad. Normalidad relativa, porque estamos en una etapa de la vida política catalana que no es normal. No obstante, hay una parte de normalidad que se tiene que vivir también.

Para hacerlo posible ha hecho falta finalmente que Artur Mas diera un paso al lado. ¿Qué le parece? Me parece duro y, en cierta manera, injusto. Pero se ha demostrado que es eficaz, y los políticos ya lo tienen esto, que hay momentos que hacen cosas que pueden parecer duras a ellos o a sus seguidores y las hacen por la eficacia. Para el presidente Mas lo importante era que el proceso siga adelante. En la medida en que ha habido que hacer este sacrificio, lo ha hecho, y con una gran elegancia y casi diría que con una punta de alegría, en ningún momento se ha mostrado abatido. Además, el hecho de que haya salido tan bien, que el nuevo president, Carles Puigdemont, que es obvio que es la continuación de lo que era el president Mas, haya gustado a los que les gusta Mas y a muchos de los que no les gusta, es muy importante.

Mas dijo que con este gesto queda liberado de su compromiso de no volver a presentarse. ¿En qué papel le ve? Es muy difícil hacer pronósticos. Puede pasar todo. Lo que es seguro es que el president Mas tendrá un papel importante en los próximos años en la vida política catalana. Pero no sé cuál. Él se había ofrecido a ser el president que llevaba hasta las puertas de la independencia. Ahora podría ser que fuera el primer president de la independencia. Pero también podría ser que no. Lo que creo, y no querría equivocarme, es que tendrá un papel.

¿Ve a la CUP fiel a su compromiso para la estabilidad que ha llevado a este movimiento? Sí. La quiero ver. En la medida en que yo y mis compañeros somos fieles a nuestros compromisos, tenemos que creer que los que toman compromisos con nosotros también lo serán. La CUP tiene un papel muy importante que nos permite explicar en el mundo que este proyecto por la independencia es querido por personas que van desde la democracia cristiana hasta la izquierda antisistema. Los que son responsables de dar esta fuerza al proceso con su característica radical no puedo imaginarme que quieran dejar de jugar este papel.

No soy tan ingenua como para no ser consciente de que la estabilidad pasará por momentos en que sufriremos

¿Cree que la estabilidad está garantizada, pues? Creo que está garantizada, pero no soy tan ingenua como para no ser consciente de que esta estabilidad, que creo garantizada, pasará por momentos en que sufriremos.

De hecho, con el primer pleno ya ha llegado el primer traspié, a raíz de una resolución sobre la recuperación de la paga extra de los funcionarios, y donde JxSí tuvo que moverse para no perder la votación... Traspié por una cuestión del día a día, no por una cuestión del proceso. Estamos en unas circunstancias económicas muy duras y una de las primeras cosas que hacemos es ayudar a mejorar las condiciones de una parte de los trabajadores que no son precisamente los que sufren más. Yo he sido funcionaria en la universidad toda mi vida profesional y he sido siempre consciente de que era una privilegiada. Hicimos eso, y por unanimidad, también es bonito, aunque por una cuestión discutible. En un momento más tranquilo habríamos podido discutir un rato sobre qué significa recuperar las buenas condiciones de los funcionarios. Pero es bonito que haya sido unánime.

Lo que nos están diciendo nuestros líderes políticos es que eso de los 18 meses es una referencia, pero pueden ser 16, 17 o 23

¿Y este proceso se podrá hacer en 18 meses, como preveían? Se podrá hacer en un periodo relativamente corto, porque 18 meses es muy corto. Este es el periodo que se ha fijado a partir de los trabajos del Consell Assessor de la Transició Nacional, de la observación de los procesos de independización de otros países en el contexto europeo de finales de siglo XX y comienzos del XXI. No es una cosa inventada. Lo que nos están diciendo nuestros líderes políticos es que eso de los 18 meses es una referencia. Lo que se sabe es que no queremos esperar cuatro años a culminar este proceso, pero pueden ser 16, 17 o 23 meses.

Pero tan pronto como se ha planteado este tema ha habido un descalabro... Tendríamos que hacer un poco de pedagogía y evitar armar escándalos de cosas que no lo merecen. ¿Ahora tenemos que provocar un descalabro por dos meses o tres meses? Sería ridículo. Pero nos enganchamos a veces. Tenemos un referente que está alrededor de 18 meses y trabajar, trabajar, trabajar.

¿Dónde estaremos de aquí a 18 meses, o 20...? A las puertas de la independencia. Estaremos en aquel momento clave, crucial, en que tiene que haber un acuerdo con las instituciones políticas españolas. El gobierno español y el catalán se sentarán en una mesa y debatirán de qué manera se hace la secesión. Eso puede ser porque las instituciones políticas españolas entren en razón y de manera decidida concluyan que más vale tener un buen vecino que una especie de piedra en el zapato. O puede ser que pase, si las instituciones políticas españolas siguen con esta tozudez, porque algún árbitro exterior viene y dice: os tenéis que sentar y negociar. Yo lo imagino bastante a tres.

En este país se ha desencadenado un deseo que tiene que verse cumplido

Históricamente, el catalanismo político ha tenido problemas para mantenerse cohesionado. Viéndolo desde dentro, en reuniones de grupo y la dinámica del Govern, ¿qué riesgo puede haber por el lado del independentismo? Puede haber el riesgo..., es como el revolucionario que tiene muchas ganas de hacer la revolución pero antes de hacerla con alguien que no le gusta prefiere no hacerla. Tenemos el riesgo de que empecemos a discutir entre nosotros. "No me gusta cómo lo haces y no lo haces ni tú ni yo". Este riesgo está. Pero pienso que cada vez es más pequeño. Lo hemos visto estas semanas de punto muerto y padecimiento, la cantidad de gente que nos llamaba "por favor, no frustréis nuestra ilusión". En este país se ha desencadenado un deseo que tiene que verse cumplido. Este deseo tan fuerte y tan compartido por tanta gente es el que evita..., es la contraposición a este peligro que a veces tenemos los electos de empezar a discutir entre nosotros. La gente te dice "me es igual que mande más el uno o el otro, o sea una pizca más de derechas o más de izquierdas, quiero dar los pasos para tener un país de verdad, más normal".

¿Este riesgo lo ve también dentro de JxSí? Hay un poco en general. Yo, como vengo de la izquierda reconozco que esta cosa de creer que tú lo sabes hacer mejor que el otro es un defecto que tiene más la izquierda que la derecha. Eso de creer que tú lo harías mejor que el otro puede frustrar aquello que tú crees que podrías hacer tú, pero no lo haces. Se tiene que ser muy generoso para aceptar que lo hace otro.

Quizás sería conveniente que de dentro de unos días Puigdemont llamara a Rajoy

Entre los debates que hemos vivido esta semana está la negativa del Rey a recibir a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, y que Mariano Rajoy no haya llamado al president Puigdemont... Una primera impresión es que ellos ya nos ven ajenos. Casi independientes. Nos consideran poco suyos, poco españoles. El caso del Rey, de no recibir a la presidenta, le da miedo la fotografía. Una fotografía del Rey de España con la presidenta de un parlamento que representa a una mayoría que tiene el deseo de separarse de España. En lugar de decir "yo seré el que conseguiré un buen aliado para España" le da miedo una foto que digan: "es amigo de unos que quieren dejar de ser un trozo de España". Lo veo como una debilidad por parte del Rey.

En cambio, Rajoy estaría encantado de recibir una llamada de Puigdemont, según pudimos ver con la llamada de Ràdio Flaixbac... Sí, pero el protocolo indica que es a él a quien le toca llamar. Quizás sería conveniente dentro de unos días que Carles Puigdemont le llamara. Este señor... su política es durísima, pero, al menos, se deben guardar las formas.

Probablemente sería mejor un gobierno del PSOE, sobre todo si tiene a Podemos, que está por un referéndum

España se debate sobre un futuro gobierno del PP o de Pedro Sánchez. ¿Cómo afectará al proceso catalán? Yo no creo que dependa mucho del color político del gobierno español, la experiencia nos lo ha demostrado, la historia larga y la de la democracia última. Tan duros han sido con Catalunya los gobiernos del PP como los del PSOE. Sin embargo, las formas son diferentes, por lo tanto, probablemente un gobierno del PSOE, sobre todo si tiene estos señores de Podemos que están por un referéndum, aporta formas más dialogantes y amables. Probablemente sería mejor.

¿Requerirá la abstención de ERC y de Democràcia i Llibertad (DiL), cree que tienen que jugar para favorecer un gobierno u otro? Sí, mientras estamos, estamos. Y en la medida en que pensamos que un gobierno más dialogante puede ayudar que este proceso se haga de una manera más tranquila y pacífica me parecería bien que los diputados catalanes, ya que están, determinen.

Hay voces en el Estado español que critican que el PSOE esté dispuesto a apoyarse en la abstención de DiL y ERC para llegar a la Moncloa... Por lo tanto, vale la pena que estén y que actúen de esta manera. Cuando tienes dudas, a veces el adversario, te dicta, hazlo porque a mí no me gusta nada.

Usted fue presidenta de Òmnium, ahora se está atribuyendo a esta entidad subvenciones provenientes del 3% de financiación ilegal de CDC... Se está intentando desprestigiar a Òmnium y se está intentando hacer coger miedo a los socios generosos, que saben que hacer un donativo a Òmnium, como es una entidad de utilidad pública, tiene una desgravación importante. Hay una ofensiva contra la gente que ha dado dinero a Òmnium diciendo que saldrán en una lista y mirarán de donde han ganado el dinero. Los donativos de Òmnium están perfectamente auditados. Hace dos días nos atacaban porque Òmnium tenía subvención pública, ahora que Òmnium no tiene subvención pública y el 90 por ciento del presupuesto son cuotas de socios, están creando mal ambiente entre socios y personas que han ayudado a Òmnium, intentando desincentivar que den ayudas. Pero Òmnium ha contestado.

En Òmnium hay conciencia de estar en el punto de mira de unos adversarios muy poderosos que no se privan de nada, ni de mentiras, para atacarte

¿En Òmnium hay preocupación? No. Hay conciencia de estar en el punto de mira de unos adversarios muy poderosos que no se privan de nada, ni de mentiras, para atacarte. Eso sí que ocupa más que preocupa.

¿Se asustará Òmnium? No. Òmnium es una entidad que no se asusta. Hay más de 54.000 socios. Creo que una parte de la tranquilidad y serenidad me viene de estos cinco años al frente de Òmnium. Es un sitio de gente esencialmente buena y que juega limpio. No nos tenemos que asustar, lo cual no quiere decir que cerremos los ojos. Como nosotros aquí en el Parlament.

¿Qué es lo que más le ha sorprendido de todo lo que ha pasado estos meses en el Parlament? No sabría decir. Quizás, para bien y para no tan bien, esta sensación de un cierto corporativismo entre los electos. Quizás una sorpresa es esta dicotomía que tenemos los que hemos tenido el privilegio y la fortuna de ser electos que no caigamos en la tentación de sentirnos elegidos.

De hecho, una de las electas que más se ha destacado en muchos titulares ha sido Muriel Casals, que ha sonado muchas veces para muchas cosas, incluida presidenta de la Generalitat... Eso de ser una mujer mayor, tranquila, he tenido una vida larga y variada pero no me he peleado duramente con casi nadie, aunque he expresado aquellas cosas que pienso diferente, hace que, a veces, seas como un comodín que se puede utilizar.

¿Se ha sentido utilizada? A veces se dice peyorativamente, pero en el caso de una persona que se pone en una aventura política, como yo que no tengo experiencia ni vengo del mundo de la política, lo mejor que me puede pasar es que me utilicen. Claro que sí.

Una de las carpetas en marcha ahora en el Parlament, es la constitución de las comisiones legislativas, incluida la del proceso constituyente. Y otra vez, como adelantó el jueves El Nacional, suena su nombre para presidirla... No sabemos nada. Porque eso de las comisiones es una cosa muy establecida, se distribuye según la fuerza de los grupos en el Parlament. De esta comisión en concreto lo interesante es que la integran no sólo independentistas, sino que será una comisión más amplía y por eso se ha aceptado que no sea legislativa sino de estudio. Parece que le da menos fuerza legislativa pero más fuerza política en la medida en que desborda a los estrictamente independentistas.

¿Le gustaría presidirla? Bastante trabajo hay siendo una diputada normal, de base, y estoy muy contenta. Sinceramente, ahora no sabría qué decir...

Yo no me veo joven, cuando entré en el PSUC, apuntándome a Podemos; antes, en la CUP

¿Viniendo como viene del PSUC, como ve Podemos? Yo entro en el PSUC porque es un partido catalanista. En la izquierda había los partidos claramente catalanistas y los que no lo eran tanto, y el PSUC lo era. Al mismo tiempo en mi recuerdo, la gente del PSUC que éramos universitarios leíamos, discutíamos, era un entorno políticamente bastante sofisticado en el buen sentido de la palabra, culto, no de consignas... En este sentido, veo Podemos más simplista, más de consignas, de menos elaboración política... Yo no me veo de joven apuntándome a Podemos.

¿Y se ve en la CUP? No lo sé, dudaría. Pero antes en la CUP que en Podemos, eso seguro.

¿Muriel Casals, hija de un exiliado de la república y una mujer francesa, cree que verá la república catalana? Yo creo que sí que la veré. Me sabe mal que no la vea mi padre, pero yo sí que la veré.

 

Fotos: Sergi Alcàzar