Pocas horas antes de que el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, vuelva a pisar Barcelona -lo hará por segunda vez en menos de 48 horas-, el president y el vicepresident del govern han querido enviar un mensaje claro a su ejecutivo: "El Estado español hace buena la dicha que las palabras se las lleva el viento". Lo han hecho en una carta conjunta en El Periódico, donde , repasando los "graves incumplimientos" de los compromisos del Gobierno de Rajoy, le han recordado que "Catalunya progresa. Y progresa adecuadamente".

Celebrando el "consenso en el diagnóstico" haciendo referencia a la confirmación del Ministerio de Economía que "la vitalidad económica de Catalunya no ha ido a menos", Carles Puigdemont y Oriol Junqueras se han lamentado de estos "pésimos vaticinios que, en ningún caso, queremos pensar que responden a ningún deseo ni voluntad de perjudicar la buena marcha de la economía catalana".

Sin embargo, se han mantenido en sus ideales y han insistido en que están "dispuestos a hablar de todo y a llegar a acuerdos que beneficien el conjunto de nuestros ciudadanos" porque, pase lo que pase, se tiene que seguir conviviendo.

Promesas incumplidas

Presidente y vicepresidente no habían leído todavía el nuevo anuncio de Rajoy anunciando una inversión de 1.882 millones de euros para Rodalies en esta legislatura cuando escribieron la carta porque se lamentan que "queda lejos la promesa de la ministra Ana Pastor en invertir 306 millones antes del 2016 por obras 'urgentes' en Rodalies". "Es una de tantas promesas que nunca se concretan", ponen de manifiesto.

Precisamente por todo eso, han cargado contra estas promesas del Estado y han soltado que "las palabras se las lleva el viento" y se las lleva porque, según su opinión, "la confianza en promesas de inversión en Catalunya que hace al Gobierno español han perdido toda credibilidad a ojos de la sociedad catalana".

Pero el Gobierno tiene claro sus objetivos y, evidentemente, "tiene la determinación de defender los intereses de sus ciudadanos", motivo por el cual, han querido dejar bien claro, "serán los ciudadanos de Catalunya los que decidirán qué futuro quieren para Catalunya [...] con vocación de tener unas instituciones de estado que velen y trabajen por su progreso manteniendo siempre una mirada abierta y global".

El carro de la economía

"Ya es curioso que una potencia exportadora como Catalunya, exportaciones que han tirado del carro de la economía durante los peores años de la crisis, sufra un Estado que tan poco interés manifieste a cuidar esta imprescindible fuente de inyección económica". Con estas palabras, Puigdemont y Junqueras también se lamentan de que el Gobierno de Rajoy "preocupado por la buena se marcha de la economía, haga tan poco por el buen curso de la economía".

Y para hacer "poco" entienden "que no se invierta en una lógica económica y al servicio de la economía productiva sino que se haga en función de criterios políticos arbitrarios y a menudo contra la lógica económica y de mercado". "Este es uno de los motivos por los cuales muchos catalanes sienten que no es que no tengamos Estado, es que sufrimos uno que actúa deliberadamente contra los intereses conjuntos de nuestros ciudadanos".

El ejemplo más relevante -que no el único- es "el agravio fiscal y las infraestructuras" porque, eso, "ha generado una desafección muy amplia" que "en ningún caso queda restringida sólo a ciudadanos netamente independentistas".