Miquel Buch (Premià de Mar, 1975), alcalde de Premià de Mar y presidente de la Associació de Municipis de Catalunya (ACM), forma parte de la hornada de alcaldes jóvenes que reclaman protagonismo en el debate que vive Convergència y en su futura dirección. Se describe como un optimista por manera de ser, un postguardiolista, alguien que cuando a los 19 años le diagnosticaron esclerosis múltiple decidió, como él mismo confiesa, que tenía que salir adelante a solas y pensar más en hoy que en el mañana.

Artur Mas en el último consell nacional insistió en pedir caras nuevas a Convergència. ¿Quiénes son estas caras nuevas de CDC?
No lo sé definir. Tenemos gente que hace poco tiempo que está ocupando un cargo pero, como está en primera línea, parece que no es cara nueva. ¿Este no vale? ¿Yo que me dedico a la política local hace 16 años, soy cara nueva o no?

¿Dónde está la raya, pues?
Es muy subjetivo. El president Mas hizo un relevo sustancial, cambiando a gente que en el siglo pasado había estado al frente de conselleries. Sin embargo, a nadie se le escapa, que todos vamos mejorando con el paso del tiempo, fruto de la experiencia. Por lo tanto, ¿caras nuevas? Sí. Pero poner la línea es muy subjetivo.

Es importante una cierta renovación. No creo que signifique que todo tiene que ser nuevo

¿Usted es una cara nueva?
Depende de cómo se mire. Es importante transmitir a la ciudadanía que ha habido una cierta renovación. Ahora bien, que eso signifique que todo lo que tiene que haber debe ser nuevo..., creo que no. El éxito tiene que ser una buena combinación: Gente con ganas de pedalear muy fuerte y gente con cierta experiencia.

¿Germà Gordó y Jordi Turull entrarían en este abanico?
Entiendo la preocupación de los periodistas por saber quién tiene que ser o quién se postula. Yo, que con Turull y un grupo de gente estamos planteándonos debates sobre el futuro de CDC, hoy por hoy no nos hemos planteado el quién. Nos planteamos el cómo, el qué, el porqué... El quién, ya vendrá.

De momento, sin embargo, lo que más parece preocupar de este debate son los nombres...
Desde los medios.

¿Y en el partido no?
Hemos hecho un Torn Obert, una encuesta que ningún partido tiene el valor de hacer. Me ha gustado mucho el coraje de CDC de preguntar a la gente cómo ven el partido y cómo lo querrían. Yo estoy saboreando un momento histórico dentro de Convergència. Tenemos oportunidad de redefinirla, modernizarla y acercarla más a la ciudadanía. Una vez hayamos decidido eso, ya definiremos quién tiene que estar al frente. Lo que es importante es que no ha de formar parte ni de grupitos ni de grupazos, sino que tiene que ser un equipo de gente de la confluencia, que siga haciendo lo que ha hecho Convergència.

Yo me decanto por construir una nueva herramienta en CDC

¿Y qué tiene que hacer?
Personalmente, creo que el debate derecha-izquierda forma parte del siglo pasado. La ciudadanía es mucho más selectiva, defiende el reparto de la riqueza para favorecer a los más vulnerables y la igualdad de oportunidades, pero también pide premio al esfuerzo de cada uno. ¿Dónde se sitúa eso? ¿A la derecha? ¿A la izquierda? La gente quiere servicios, que todos funcionen, tener derecho a decidir sobre muchos temas como la enseñanza...

¿Y para conseguirlo, qué tiene que hacer CDC, disolverse o renovarse?
El día 21 se decidirá [en una votación de la militancia]. Yo ahora me decanto más bien por construir una nueva herramienta.

¿Es decir, disolver CDC?
Sí. Yo estoy muy orgulloso de lo que hemos hecho estos años, y la ciudadanía nos ha apoyado. Pero, de vez en cuando, es bueno parar y replantear. Hemos cometido errores. Hay que analizarlos, ver el porqué y no volver a cometerlos.

El problema para el nombre de Convergència es la alternativa

¿Y se tiene que mantener el nombre?
El problema es la alternativa. Convergència tiene muchas connotaciones que resumen muy bien lo que representamos. Ahora, quizás podemos encontrar alguna alternativa mejor y nos lo acabaremos planteando. No lo doy por cerrado.

Usted ha apoyado públicamente a Francesc Homs en las primarias de CDC frente a Sílvia Requena. También Artur Mas y Carles Puigdemont, entre otros. Hay voces dentro del partido que no acaban de entenderlo.
¿Qué tenemos que hacer? Con Requena y Homs somos amigos, pero me hacen escoger entre uno y otro. Se mezclan candidaturas, modelos... y yo me quedo con Homs. Soy de los que defiende el debate de ideas a cara descubierta.

¿Qué papel debe tener Artur Mas en el futuro de CDC?
El que él quiera, indiscutiblemente. El partido tiene la gran suerte de tener dos grandes liderazgos, el del president Mas y el del president Puigdemont. En función de cómo se vea, Mas puede hacer la propuesta de querer participar de una manera más ejecutiva, o más institucional. La que sea.

No me creo que el IFPF sea la primera diferencia que hemos tenido con ERC en estos meses de Govern

¿I Carles Puigdemont?
Seguir liderando el Govern en esta transición y construcción de estructuras de Estado. Le toca afrontar un gobierno con dos partidos, con dos centralidades muy diferentes, y hacer que el país siga saliendo adelante.

¿Y a este gobierno formado por dos partidos le ve la solidez necesaria después de diferencias como la que se ha visto esta semana a raíz del IRPF?
Yo gobierno en Premià de Mar con el PSC y también tengo diferencias. Cada uno en su casa también tiene diferencias, con la pareja y los hijos. Algunas se exteriorizan y otras no. Yo no me creo que el IFPF sea la primera diferencia que hemos tenido en estos meses de Govern. Seguro que ha habido más. Es una cosa que ya se acabará solucionando.

Lo que hacemos es tan importante, que el 'tenemos prisa' tendría que dejar paso al 'hacemos las cosas bien'

¿De aquí a 15 meses, desconexión?
La ventaja que da ser alcalde durante unos cuantos años es que sabes que no puedes poner fechas. Está la ley de Murphy o lo que sea, que acostumbra a impedirlo. Mi experiencia me dice que poner fechas no es lo más aconsejable. Yo habría hablado de primer o segundo semestre. Tenemos que tener claro que lo que estamos haciendo es una cosa tan importante, que el tenemos prisa tendría que dejar paso al hacemos las cosas bien. No me vendrá de dos días. Lo que me preocupa mucho más es que hagamos las cosas bien.

Los ayuntamientos tienen un papel importante con las mociones de apoyo a la resolución del 9-N. ¿Hasta dónde llegarán para aguantar este desafío?
Hasta donde la voluntad democrática diga. Si los plenos de los ayuntamientos deciden hacer una cosa, la haremos. Uno de los momentos más bonitos y más históricos de estos años, fue ver a los alcaldes atravesando la plaza Sant Jaume. Había pasado sólo dos veces en la historia, por la Mancomunitat y el primer Estatut. Eso pasó porque los alcaldes y alcaldesas en sus plenos dieron apoyo al derecho a decidir. Y allí lo explicamos. Por lo tanto, los ayuntamientos haremos lo que democráticamente el pleno acabe decidiendo. Podemos tener mucha más legitimidad democrática que un ministro, que lo ha escogido un presidente.

A los alcaldes en CDC se nos tendrá más en cuenta. Somos los que realmente estamos en contacto con la ciudadanía

¿EN CDC también se está viendo el papel de los alcaldes?
Convergència ha hecho una renovación muy importante, con Mas al frente, para renovar un plantel de alcaldes y alcaldesas que ahora, después de diferentes gobiernos, tenemos una experiencia que podemos aportar. No tenemos afán de protagonismo. Pero parece ser que se nos tendrá más en cuenta. Fantástico, porque somos los que realmente estamos en contacto con la ciudadanía.

¿Y usted personalmente, dentro de esta nueva Convergència que es lo que quiere hacer?
Yo con Jordi Turull, Neus Munté, David Bonvehí, y un montón de gente más hemos encontrado un espacio de confluencia de ideas, representamos cosas diferentes pero nos hemos encontrado y vemos las cosas con muchos puntos de coincidencia. Lo que surgió entre pocos cada vez va creciendo y vemos que este partido tiene muchas posibilidades y estamos dispuestos a cambiarlo. A partir de aquí, cómo acabará siendo y qué dorsal tendrá cada uno es una cosa que hoy para hoy no nos preocupa.

Cíteme alguien que no esté dispuesto a jugar para crear una cosa nueva y desacomplejada; con ganas de hacer desde el partido lo queremos hacer grande es el país

¿Pero está dispuesto a jugar?
Cíteme una persona que no esté dispuesta a jugar para crear una cosa nueva, atrevida, rompedora, desacomplejada; con ganas de hacer desde el partido lo que queremos hacer grande es el país. Es difícil encontrar a alguien que no. Es un reto.

Que le pasará a CDC si no hace bien este proceso.
Tenemos el derecho a equivocarnos. Si decidimos unas cosas en un congreso que con el tiempo vemos que no acaban de ser así, las tendremos que cambiar. Lo que tenemos que hacer es ser lo bastante hábiles como para representar a la sociedad catalana, saber interpretar lo suficiente rápido para estar al lado de la gente.

¿Sabrá interpretar el debate sobre la desobediencia?
Cuando haga falta, cuando se ponga realmente en duda la democracia y la libertad de la gente. Pero no por una bandera. El 9-N fue un ejercicio de desobediencia con la ley que tenemos. Y nosotros somos los que fueron al TSJC por haber puesto las urnas. Por lo tanto, si alguien nos pregunta quiénes somos, somos estos, los que pusimos el 9-N. ¿Significa que desobedecimos? Desobedecimos. El paso ya lo dimos. Pero no lo haremos cada día. ¿Qué autoridad moral tengo yo de pedir a la gente que pague las multas y los impuestos cuando me salto la ley constantemente? El día que se ponga en cuestión una cosa tan importante como la libertad y la democracia, aquel día desobedeceré.

El caso Pujol fue un golpe duro. Se hizo lo que se pudo. Lo que se pensó que era lo mejor

Ahora que está a punto de disolverse CDC es cuando les da por reivindicarla...
Es que nos sentimos orgullosos. Es verdad que hemos vivido episodios malos. Pero, ¿despotricar de mi partido? No. ¿Por qué? Que un concejal un día ponga la mano en la caja no quiere decir que los 9.142 concejales de Catalunya sean ladrones.

¿Convergència no ha sabido responder con bastante agilidad?
Si no lo hemos hecho lo bastante bien tendremos que aprender. Lo que pasó con el president Pujol fue un golpe duro. Se hizo lo que se pudo. Lo que se pensó que era lo mejor. A toro pasado es muy fácil. Pero vivir aquel momento de una manera tan intensa como se hizo... Que alguien con el tiempo diga no lo habéis hecho bien. Nosotros tenemos derecho a equivocarnos. Si es necesario que internamente tengamos un reglamento de conducta mucho más duro, hagámoslo. Yo soy optimista por naturaleza.