La asistencia del president de la Generalitat, Pere Aragonès, al acto de celebración de los 250 años de Foment del Treball, donde también se ha hecho acto de entrega de la medalla de honor a Javier Godó, conde de Godó y editor de La Vanguardia, y el hecho de que allí se haya encontrado con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no ha gustado nada al diputado de la CUP en el Congreso Albert Botran.

"Te encuentras con un presidente a quien tendrías que tratar de igual a igual y aceptas que los anfitriones sean una patronal y un diario que claramente reman a favor del otro. Suspendido en institucionalidad independentista", ha tuiteado, haciendo referencia al posicionamiento político de la patronal y del medio.

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En el acto, Aragonès ha defendido la necesidad de "superar el inmovilismo y el bloqueo y avanzar de nuevo", impulsando una "etapa de normalización política", y ha denunciado la anormalidad de tener presos y exiliados. Sánchez, por su parte, ha apelado a la "concordia" y el "reencuentro", y ha vuelto a subrayar que "Catalunya es imprescindible" para el futuro de España. También ha llamado a "dejar atrás la dialéctica estéril de unos y los otros". "Buscamos juntos un nuevo nosotros", ha sentenciado.

Los advertimientos de la CUP

A la crítica de Botran se le ha sumado otra de la número tres de los anticapitalistas en el Parlament, Eulàlia Reguant, cosa que no deja de ser una advertencia más de los que la CUP sigue haciendo al Govern de ERC y Junts. Y es que la formación anticapitalista ha advertido en todo momento que dejará de garantizar la gobernabilidad si no se cumplen los acuerdos a los que llegó con los republicanos.

Una de las patatas calientes del Govern y que tiene más importancia para la CUP es el problema de la vivienda y la sangría de los desahucios. De hecho, la CUP ya dejó claras sus intenciones cuando cuatro de sus diputados se plantaron a primera fila de la concentración para parar un desahucio en el Poble-sec.

Pero los desahucios no es el único problema que se avista entre el Govern y los anticapitalistas. La gestión del orden público, por primera vez en manos de ERC, el despliegue de las fuentes de energía renovable por todo el territorio y la ampliación del aeropuerto son otras fuentes de controversia entre los socios independentistas. Ni hay que mencionar la mesa de diálogo, que aunque está avalada por la misma CUP para los próximos dos años, es rechazada abiertamente por la formación, que cree que no aportará ninguna solución ni avance al conflicto.

 

Imagen principal: el diputado de la CUP en el Congreso Albert Botran / Foto: Efe