El ministro de Exteriores, Josep Borrell, tiene claro su objetivo: "plantar cara a las falsedades del procés". Así lo ha afirmado en una entrevista en El Periódico, donde se ha lamentado que el procés está llevando  de la mano "una propaganda negativa y deformadora la ha estropeado" porque, según su opinión, "se ha proyectado la imagen de una España neofranquista, un verdadero 'revival' de la leyenda negra.

Para solucionarlo, el titular español de Exteriores explicará "hechos y datos" porque, de esta manera, desmentirá la versión del relato sobre "el pueblo oprimido, víctima de un estado represor que lo expolia, le impide expresarse libremente y el normal uso de su lengua".

Ahora bien. Aunque intentará desmentir todo eso, Borrell tiene claro que ningún gobierno del mundo lo ha creído y se escuda en ejemplos como el caso Gürtel cuestionándose que "si en España la justicia no es independiente, ¿cómo se entiende la condena del 'caso Gürtel', que hizo caer el Gobierno?".

Problemas imaginarios

Puestos estos argumentos encima de la mesa, el ministro español no ha tenido ningún problema a la hora de soltar que "el Gobierno central tiene que resolver los problemas reales donde haya: infraestructuras, transportes... Donde haya un problema real lo hará falta resolver" y, por lo tanto, deja entrever que, según su punto de vista, el caso catalán no es un problema real para el ejecutivo socialista.

De hecho, no se ha cortado ni un pelo cuando ha puesto de relieve que "lo que no tiene solución son los problemas imaginarios" porque, sostiene, "sólo podremos explicar su componente imaginaria". Pero un par de preguntas más adelante, se desdice cuando se le plantea la cuestión que "el 47% de los catalanes votan independencia" y cambia su argumentario poniendo de relieve que sí, que "en efecto, el problema es más grave y profundo" porque "una parte importante de los catalanes que votan independencia ya son psicológicamente independientes".

Para acabar, no podía dejar de salir la polémica diplomática a Washington entre el president de la Generalitat, Quim Torra, y el embajador español, Pedro Morenés. Borrell sale en defensa del diplomático del PP defendiéndolo bajo el argumento que "ningún embajador se queda impasible ante ataques a su país como los que profirió Torra".