La presidenta del Parlament, Laura Borràs, ha considerado que los ultimátums son "presiones" y que "no es lo que más conviene" a la negociación. De esta manera se ha referido en una entrevista en la ACN hecha antes de la segunda cumbre en Lledoners al hecho de que ERC fijara el 1 de mayo como fecha para llegar a un acuerdo de gobierno de coalición con Junts. Para Borràs, hay que poner todos los esfuerzos al hacer que las cosas funcionen y no al poner "presiones sobrevenidas que lo que seguro harán es intentar descarrilar o ayudar a descarrilar a lo que tiene que quedar mejor encauzado que nunca". Por otra parte, la presidenta de la cámara catalana defiende que los partidos tienen que preparar como avanzar hacia la independencia para desarrollarlo ahora y no dejarlo para el 2023.

Al día siguiente que expire el plazo del 1 de mayo señalado en el calendario por parte de ERC, Borràs defiende que las negociaciones se tienen que basar en la "fortaleza" de los acuerdos y no en la "presión" del calendario. El partido de Oriol Junqueras alertó que si no había acuerdo antes de esta fecha, explorarían la posibilidad de un gobierno en solitario que también pasa por el apoyo necesario de Junts a la investidura de Pere Aragonès.

"Hay un gobierno en funciones que puede funcionar"

Borràs ha recordado que el gobierno en funciones propuso hacer las elecciones el 30 de mayo, por lo tanto, según ha apuntado, en estos momentos todavía ni se habrían celebrado los comicios y la formación del gobierno no se habría producido hasta después del verano. "Pero ahora parece que no podamos vivir ni un día más sin gobierno. Hay un gobierno en funciones que puede funcionar", ha añadido en referencia a la urgencia de ERC para formar ya a un nuevo ejecutivo.

Según Borràs, el 26 de mayo sí que es un plazo que supone el límite para no ir a unas nuevas elecciones y ha defendido que se tiene que trabajar en el marco de este calendario. "No hace falta añadir otros límites que ponen más presión y que pueden sacar fiabilidad y robustez a un acuerdo que tiene que ser muy sólido y robusto", ha argumentado. Teniendo en cuenta que el primer debate de investidura fallido de Pere Aragonès fue el 26 de marzo, el reglamento del Parlament establece un plazo de dos meses por intentar otra investidura, en caso contrario se convocan automáticamente nuevas elecciones.

"Presión a las negociaciones"

La presidenta del Parlament no ha querido entrar en los motivos por los cuales ERC ha añadido "presión" a las negociaciones y se ha limitado a decir que no es partidaria de estos "ultimátums" que, según ha dicho, "lejos de ayudar seguramente añaden elementos de tensión". En el contexto actual, Borràs cree que ya hay mucha tensión y que lo que se tendría que intentar es, justamente el contrario, "destensionar".

Preguntada por la mesa de diálogo, Borràs ha defendido que "hay que pensar en qué hay que hacer cuando las cosas no vayan como hay gente que se piensa que irán" y, por lo tanto, que este escenario se tiene que prever ahora y no cuando se agote un plazo. En este sentido, ha afirmado que la obligación de los representantes públicos es responder lo que la ciudadanía dice con su voto.

"Tener una mayoría independentista es para que se pueda avanzar hacia la independencia y es eso lo que tendrían que estar preparando los partidos independentistas para desarrollarlo no en el 2023 sino ahora que es cuando han recibido el mandato de las urnas", ha concluido. Y es que el acuerdo entre ERC y la CUP fija en el 2023 como margen para comprobar si la mesa de diálogo con el Gobierno da resultados.