La consellera Meritxell Borràs ha explicado este viernes en el programa 'Tot es mou' de TV3 cómo fue su experiencia después de la declaración de independencia del 27-O, cuando se marchó a Bruselas y, posteriormente, entró en la prisión de Alcalá Meco durante 33 días.

Borràs ha explicado como después de la declaración voló hasta Bruselas porque el presidente Carles Puigdemont convocó a todo el Govern allí. Después de unos días allí, optó por volver y presentarse a la citación en la Audiencia Nacional. "Volví porque creía en que yo no había hecho nada mal", ha defendido, recordando que "no hicimos otra cosa que lo que decía nuestro programa electoral "que fue "aprobado" por el órgano reglamentario.

Después de declarar en la Audiencia, Borràs fue directamente enviada a prisión preventiva. De esta etapa, ha destacado la importancia del apoyo de su familia. "Éramos unos privilegiados en la prisión porque teníamos una familia fuerte detrás que nos podía ayudar", ha explicado, comparando la situación con la de otros presos que no tenían nadie que los visitara o les ayudara a solucionar problemas.

En cuanto a la relación con los funcionarios de prisiones, Borràs ha aceptado que "el trato fue muy correcto" con algunas excepciones. Había funcionarios que les preguntaban porque Catalunya quería independizarse o les daban apoyo porque creían "que no merecíamos estar allí". Durante aquellos días, Borràs escribió un diario que ahora publicará como libro y que describe como una "terapia" para ella.

Cuando, después de más de un mes en la prisión, Borràs fue liberada, asegura que le costó acostumbrarse a vivir sabiendo que se enfrentaba a décadas de prisión. ·"Al principio no disfrutaba de mi libertad porqué sufría por el futuro juicio", ha confesado. Ahora, explica que intenta no pensar en ello y disfrutar del presente.