La polémica que rodea a los gobiernos de Felipe González sigue creciendo. Si hace unas semanas José Barrionuevo admitía que la policía española tenía "cierta autonomía" en la guerra sucia contra ETA o que ordenó liberar a Segundo Marey después de secuestrarlo, ahora llega el turno de Juan Alberto Belloch, exministro de Justicia entre los años 1993 y 1996, y también de Interior entre el 1994 y 1996. El que más adelante fuera alcalde de Zaragoza (2003-2015) ha explicado en una entrevista en El Español detalles de las cloacas del Estado durante la época en la que fue ministro. Uno de los asuntos que ocupó su mandato fue capturar a Luis Roldán, el exdirector de la Guardia Civil que se enriqueció con fondos reservados. "El mayor miedo que teníamos era que Roldán fuera asesinado, había muchas posibilidades de que pasara, y mis servicios de inteligencia opinaban que se podía producir un atentado contra él y que podía estar detrás el Cesid", afirma. Belloch va más allá y concreta que una parte del Consejo de Ministros de entonces también buscaba a Roldán, pero para evitar que "tirara de la manta": "Me acusaron desde el partido, me dijeron que si Roldán tiraba de la manta, nos estrellaríamos en las elecciones".

Ante el riesgo de que "si aparecía asesinado, nuestro Gobierno habría pasado a la historia como agente ejecutor del crimen", Belloch busca justificar la gestión que hizo con el espía de los servicios secretos Fernando Paesa para conseguir que Luis Roldán se entregara. El conocido como "biministro" —por haber asumido las carteras de Interior y Justicia— sostiene que no negoció directamente con Paesa, sino con un intermediario, a quien entregó 300 millones de pesetas en un maletín en el despacho de su ministerio para lograr la detención del exdirector de la Guardia Civil. "La propuesta de Paesa era muy clara: pactar con Roldán que si se dejaba detener, los delitos que le imputarían serían menores, pero eso era falso. Engañamos a Roldán y por eso se entregó". Cuando capturaron al exdirector del cuerpo policial, Belloch explicó en una rueda de prensa que se había hecho a través de una gran operación con la intervención de 150 agentes y 50 policías extranjeros. Con respecto a los papeles de Laos, reconoce que "no hubo más remedio que fabricarlos para poder detenerlo" y que él conocía "todos los detalles".

Por otra parte, Juan Alberto Belloch también se pronuncia sobre el uso de fondos reservados destinados al rey emérito Juan Carlos I. "Claro que se sabía en el Consejo de Ministros que se destinaban estos fondos para proteger al rey, era un tema muy claro: en el caso de Juan Carlos, no se podía diferenciar entre actividad pública y actividad privada, porque las dos eran un riesgo para la seguridad del Estado y había que proteger la institución en ambos casos". Precisamente, de este dinero, revela que "había una serie de cargos de Interior que estimaba oportuno obtener un sobresueldo de los fondos reservados y lo hacían con un argumento curioso: que no había más remedio que darles este dinero porque el día que dejaran su puesto de trabajo perderían la protección". Quien repartía este dinero era "un alto cargo de Interior", aunque dice que eso acabó durante la época de José Luis Corcuera y de Antoni Asunción, predecesores suyos al frente de Interior.

Belloch no esquiva, tampoco, una de las decisiones más controvertidas que adoptó como ministro: la de ascender a general a Enrique Rodríguez Galindo, quien fue condenado por el secuestro y asesinato de José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala en el marco de los GAL. El exresponsable socialista de Justicia e Interior argumenta que "los únicos indicios que tenía sobre los hechos era lo que había publicado El Mundo y decidí ascenderlo porque como luchador antiterrorista era el mejor". Sobre los métodos de tortura utilizados por Galindo, Belloch asevera que se equivocaba porque "eso no llevaba a ningún sitio y era contraproducente para el Estado".

La reforma de la sedición es "simbólica": "Los independentistas conseguirán que en el futuro, con una acción similar a la del 2017, las penas sean mayores"

Preguntado por la reforma del delito de sedición, Juan Alberto Belloch se alinea con los socialistas contrarios a esta proposición: "No lo habría hecho, no lo asumo, pero lo miro de una manera diferente: con los delitos de rebelión y desórdenes públicos agravados, se cubren todos los supuestos". "ERC dice que han desterrado para siempre la sedición, y eso es mentira, porque estará tipificada con la rebelión y los desórdenes públicos. Con estas palabras, los independentistas conseguirán que en el futuro, con una acción similar a la del 2017, las penas sean mayores". Según el exministro, "los jueces pueden entender que se les ha tomado el pelo y pueden acabar haciendo pagar a todos las injusticias que algunos cometen contra ellos". Así pues, Belloch arguye que la "victoria del independentismo con la sedición es solo simbólica", dado que "si sacas la sedición, lo más normal es que la jurisprudencia tienda a ampliar la rebelión".