La oficialidad del catalán, gallego y euskera está entre las carpetas de la presidencia belga del Consejo de la Unión Europea durante este primer semestre del 2024. Así lo ha confirmado su embajador, Greet Cockx, que ha asegurado desde Barcelona que Bélgica tiene la voluntad de sacarla adelante, a la espera, eso sí, de varios informes pendientes. En un acto en la sede de las instituciones europeas en la capital catalana, Cockx ha dicho que España y la Comisión Europea todavía tienen que aclarar las "consecuencias financieras y jurídicas" de hacer oficiales estas lenguas. "Cuando tengamos los informes pendientes, por descontado que avanzaremos", ha remarcado el embajador, recordando que el suyo es un "país multilingüe". Con todo, el pasado mes de septiembre, pocas semanas después del pacto entre el PSOE y Junts para la Mesa del Congreso que incluía la oficialidad del catalán en Europa, el Gobierno —en aquel momento en funciones— se ofreció a qué fuera el Estado quien asumiera el coste del uso de las lenguas cooficiales.

Las palabras del embajador belga en Barcelona, confirmando que la carpeta del catalán forma parte de los temas que la presidencia de su país quiere "sacar adelante", coinciden con el rechazo de Lituania, expresado este mismo viernes. No es una novedad, ya que el presidente del país, Gitanas Nauseda, había mostrado su oposición a la oficialidad del catalán en la Unión Europea, pero en una entrevista en el diario El Mundo ha asegurado que incluir el catalán "podría desencadenar una ola de peticiones similares por incluir más y más lenguas a la lista oficial de idiomas", cosa que según él, hay que evitar. Nauseda ha comparado el catalán —una lengua que hablan 10 millones de personas— con el samogitiano, una lengua propia de la región lituana de Samogitia, hablada por medio millón de personas. Además, hay que tener en cuenta que el lituano —lengua que sí es oficial en la UE— no lo hablan ni 4 millones de personas, menos de la mitad que el catalán.

Debate aplazado pero con confianza en Bélgica

A pesar del compromiso de Bélgica, la oficialidad del catalán de momento está congelada, ya que esta cuestión no se incluirá en el próximo Consejo de Asuntos Generales de la UE del 29 de enero, porque diferentes Estados miembros han reclamado "más información" sobre qué podría suponer el reconocimiento del catalán, el gallego y el euskera para las instituciones europeas, además de pedir una "propuesta acompañada de un análisis sobre su potencial impacto administrativo, jurídico y financiero". Con todo, después de una reunión entre la consellera Meritxell Serret, el embajador Cockx y el ministro José Manuel Albares, la titular de Acció Exterior pidió "redoblar" los esfuerzos para hacer posible la oficialidad durante la primera mitad del 2024, después de que el Estado no consiguiera el hito durante la presidencia española en el segundo semestre del 2023. "Bélgica es un país que, históricamente, ha cuidado el multilingüismo y el respeto por las lenguas", defendió Serret, confiando en que el catalán será oficial en Europa en 2024.