El extesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, ha asegurado que ha negociado con dos personas "muy vinculadas" al PP actualmente "enterrar el 'hacha de guerra'" pero "no han cumplido". "He negociado con dos personas muy vinculadas al PP actualmente enterrar el 'hacha de guerra' y no han cumplido", ha señalado Bárcenas en una entrevista a 'El Mundo'.

En este contexto, ha explicado que la negociación la ha llevado a cabo un "íntimo amigo" suyo. "Ha habido una negociación llevada a cabo por un íntimo amigo mío con dos personas muy vinculadas al PP actualmente, en las que a cambio de enterrar el 'hacha de guerra' con el PP y retirarme como acusación en el caso de los discos duros, se me ofrecieron unas contrapartidas muy claras", ha dicho.

En este sentido, Bárcenas ha destacado que, "una vez más, los interlocutores del PP no han cumplido". "Empiezo a estar acostumbrado", ha sentenciado. "El PP no me ha trasladado amenazas expresas, como lo hizo con algunos abogados en 2013; ahora ha sido una negociación en la que yo acepté retirar la acusación por los discos duros de Génova", ha señalado el extesorero del PP.

El juicio empieza el lunes

El extesorero del PP se sentará este lunes en el banquillo por el presunto pago en negro, con dinero de la caja B del partido, de los 888.000 euros que costó la reforma de su sede en la calle Génova. Una causa que él mismo propició al airear anotaciones de esa contabilidad opaca.

Se trata del segundo y último juicio al que se tendrá que someter desde que en 2013 se descubriese que llegó a acumular 48,2 millones de euros en Suiza de procedencia aún no del todo aclarada, aunque la Fiscalía cree que gran parte de esa fortuna la sustrajo de esa caja B y la amplió por medio de grandes inversiones.

Un juicio que, en cierto modo, empezó esta semana a ‘celebrarse’ con una carta que remitió a la Fiscalía Anticorrupción en la que manifiesta su "voluntad" de colaborar con la Justicia. Lo hace ahora, dice, decepcionado porque no se haya cumplido la promesa, que asegura se le hizo desde el que fuera su partido, de librar a su mujer de la cárcel, donde ingresó hace unos meses tras confirmarse su condena en la sentencia de Gürtel.

Su venganza por lo que considera un engaño la servirá -según él mismo amenaza- en forma de nuevas revelaciones, tanto en este juicio como en otras causas que afectan a la presunta financiación irregular del PP, que, para abrir boca, ya sitúa en 1982, en los albores del partido.