La ciudad de Barcelona continuará aislada del resto de municipios de los alrededores a pesar de pasar a partir del lunes a la fase 1 de la desescalada del coronavirus. La división territorial por regiones sanitarias que quiso implantar la Conselleria de Salud, se gira en contra de la capital catalana que tiene región sanitaria propia y, que por lo tanto, no permite que la ciudadanía se pueda mover más allá de sus límites territoriales.

Así pues, a nivel de movilidad nada cambia. A partir del lunes un vecino de Badalona, ciudad que linda con Barcelona, podrá ir a Granollers o Matadepera, pero no a la ciudad condal. Es un desequilibrio más en la desescalada que descoloca tanto a los técnicos como a la misma ciudadanía que trata de entender qué puede hacer y qué no.

El Ayuntamiento de Barcelona ha pedido que se unifiquen las regiones sanitarias y que Barcelona forme parte del límite territorial junto con el Barcelonés norte y el Barcelonés sur. La decisión está en manos de Salut, que podría resolver la situación esta noche. Con todo, fuentes próximas al comité de gestión de la crisis ven poco probable que el departamento de Alba Vergés acceda a la petición del Ayuntamiento.

El lunes podrá abrir el comercio minorista sin cita prevía y las terrazas de bares y restaurantes con todas las restricciones y medidas de prevención para garantizar la distancia física y evitar al máximo los contagios. Sin embargo, así como los vecinos de las ciudades del lado podrán ir a otro municipio, en Barcelona se sigue sin poder entrar y salir si no es para ir a trabajar.