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El alcalde de Girona, Albert Ballesta, ha querido salir al paso de la polémica por el pacto fracasado con Ciutadans por el cartapacio municipal y el sueldo. Ballesta ha lamentado que la cuestión del salario se haya convertido en el centro del debate. “Se me ha vendido como una persona pesetera que necesitaba de este sueldo, y eso no es cierto”, ha asegurado.

En este sentido, Ballesta ha recordado que es funcionario de la Generalitat y que si ha aceptado la alcaldía ha sido “para hacer un servicio en la ciudad”, y no por las ganancias económicas, ya que su plaza de funcionario comprende un sueldo “que es más alto que el que ganaría como alcalde”.

Asimismo, Ballesta, que sustituyó a Puigdemont en la alcaldía de Girona, ha querido dar un mensaje de tranquilidad a la ciudadanía, recordándoles que el ayuntamiento funciona. Reconociendo “errores”, Ballesta ha pedido “enderezar y tirar una raya” respecto de la situación generada el jueves. “Abrimos un periodo de reflexión después de lo que pasó ayer” ha añadido Ballesta, con el objetivo de “trabajar en firme por esta ciudad”.

Pacto fallido con Ciutadans

Ballesta ha hecho estas declaraciones después de que el pleno municipal del jueves no consiguiera resolver la cuestión del sueldo, incluida en un pacto con Ciutadans que finalmente quedó en papel mojado cuando la formación unionista se hizo atrás, después de considerar una “falta de respeto” las declaraciones independentistas del portavoz del gobierno municipal, Carles Ribas.

Viendo la falta de acuerdos el alcalde intentó llegar a un pacto con ERC, donde el sueldo del alcalde sería de un bruto de 68.500 euros anuales, en contra de los 73.000 euros que habrían pactado con PP y C's. A pesar de todo, esta segunda propuesta tampoco salió adelante.