Las recientes apariciones públicas y declaraciones de Isabel Díaz Ayuso han estado marcadas por una fuerte oposición al uso del catalán y otras lenguas cooficiales en instituciones estatales y foros autonómicos, desde que en la Conferencia de Presidentes celebrada en Barcelona el pasado 6 de junio se convirtió en protagonista al ausentarse de la reunión cuando oyó al lehendakari vasco Imanol Pradales hablar en catalán y vasco, cumpliendo con la amenaza de que había hecho el día anterior. La presidenta madrileña no ha hecho más que justificarse una vez y otra, y parece haber encontrado en la guerra del catalán un filón populista. No parece casual que sus últimas intervenciones públicas y comparecencias hayan tenido esta cuestión como protagonista y que haya convertido esta confrontación en torno al uso del catalán y otras lenguas cooficiales en uno de los ejes de su discurso político. Ayuso niega insistentemente la plurinacionalidad del Estado español, plantea que se pueda hablar catalán, vasco y gallego como una amenaza a la unidad del estado y acusa al Gobierno de Pedro Sánchez de "instrumentalizar la riqueza lingüística de España para hacernos oír extranjeros en nuestra casa". Si Ayuso calificó de "esperpento" y "disparate" el uso de orejeras para la traducción simultánea, la última ocurrencia de su discurso ha sido calificar de "cateto no defender la lengua de Cervantes" o "llamarse Juan y pedir en el País Vasco que te digan Jon".

Disputa con Gonzalo Miró

La calificación de "cateto" a la cual Ayuso se refirió este jueves en el marco del pleno de la Asamblea de Madrid no era gratuita. La presidenta respondió veladamente a una declaración del colaborador y tertuliano televisivo Gonzalo Miró que, después de la actuación de la presidenta madrileña a la Conferencia de Presidentes, dijo: "No todos en Madrid somos tan catetos como Ayuso". La presidenta madrileña aprovechó su intervención a la asamblea para replicar a Miró, y responder a la interpelación del partido socialista madrileño sobre su actuación en la cumbre de Barcelona: Dicen de catetos… ¿Saben lo que es cateto? Llamarse Juan y pedir que por favor en el País Vasco te llamen Jon, porque si no te quedas fuera del sistema o te quedas fuera de las subvenciones. Eso es lo que hacen ustedes utilizando las lenguas cooficiales", afirmó Ayuso. Gonzalo Miró, al oír posteriormente las declaraciones de la presidenta madrileña, se echó a reír y replicó: "Es sorprendente que haga gala tanto de la libertad menos para que cada uno se llame como le viene en gana. Que eso le tiene que molestar un poquito. Aquello de la catetada a la presidenta de la Comunidad de Madrid le ha sentado un poquito regulinchi. Cuando los ancianos de las residencias le pidieron ayuda, ella no hizo ni puto caso".

Confrontación identitaria

Pero aparte de la disputa con Miró, Ayuso siguió explotando el filón de la confrontación lingüística en la asamblea madrileña. La presidenta ha hecho del rechazo al catalán una bandera que ya le permitió acaparar la atención mediática y diferenciarse del resto de presidentes autonómicos en la Conferencia Presidentes, incluso dentro de su propio partido, reforzando un discurso de confrontación identitaria que apela a una parte del electorado conservador y nacionalista español. Por eso, Ayuso también aprovechó su comparecencia a la Asamblea de Madrid para tildar de "cateto" un gobierno que "habla español perfecto", pero que después "exige a los médicos hablar en vasco si quieren entender". "Cateto es tener que llevarte a tus hijos a La Rioja porque el sistema público los abandona y no les escolarizan. Cateto es no defender la lengua de Cervantes", aseguró, pero no se quedó aquí. Así, señaló a la izquierda, a la que acusó de defender la España plurinacional que ellos quieren "de manera traidora" cuando "no lo llevaban en ningún programa electoral" mientras ahora "abandonan a España para mantenerse por estos votos". Además, Díaz Ayuso cargó contra Sánchez para dar concesiones a los partidos independentistas para así "mantenerse" en el Gobierno a costa del desguace de España entera y permitiendo "el ataque constante a los españoles".