La Comisión de Gobierno del Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado este jueves el primer Código de Conducta de la ciudad, que regula la actuación de electos, altos cargos y personal directivo y eventual y prohíbe regalos de más de 50 euros y las puertas giratorias.

Así lo ha anunciado el teniente de alcalde, Jaume Asens, que ha destacado que se trata de una medida pionera para poner fin a la mala praxis y ha insistido en que el código es de obligado cumplimiento. La medida incorpora un régimen sancionador que prevé desde multas a la suspensión del cargo.

El teniente de alcalde ha dicho que el objetivo es "acabar con las zonas oscuras y opacas en las que crece la corrupción", y ha señalado que establece las pautas y el campo de juego en los cuales se regulan los comportamientos que tienen que regir la función pública y los valores que tienen que guiarla. Cerca de 340 personas vinculadas al consistorio barcelonés están afectadas por el Código de Conducta.

Puertas giratorias

El Código de Conducta establece que los sujetos a la norma que hayan tenido responsabilidades ejecutivas no podrán prestar servicios a entidades privadas que hayan sido afectadas por decisiones en que hayan participado durante los dos años siguientes a su cese, dificultando así las puertas giratorias.

Preguntado por la contratación de familiares, han destacado que el Código no afecta a la designación de cargos de confianza, pero que plantea prohibir que los sujetos a la norma puedan participar en la contratación de personas con vínculos de amistad y familiares de hasta el cuarto grado de consanguinidad.

El código también regula las incompatibilidades y los viajes, que tienen que estar justificados por el interés público, después Asens se ha referido al teniente de alcalde de Hábitat Urbano del anterior mandato de CiU, Antoni Vives, investigado por presuntos viajes sin justificar: "Con este instrumento se hubiera prevenido".

La norma establece que no pueden hacer un uso abusivo de su cargo para conseguir intereses propios o ajenos, y que se tiene que velar por el respeto y la protección de los Derechos Humanos, la legalidad, la lealtad institucional, la igualdad de trato a las personas, la objetividad, la proximidad y la confianza pública.

También fija que los sujetos al código deben ajustar la gestión y la aplicación de los recursos públicos a la legalidad presupuestaria; tienen que promover la inclusión social, actuar de forma imparcial, con integridad y ejemplaridad y usando los mecanismos de rendición de cuentas y transparencia.

Comité ético

Además, el Ayuntamiento ha creado un comité ético encargado de interpretar y aplicar el texto. La composición será paritaria y contará con varios expertos que serán escogidos por el pleno municipal, una demanda de la oposición para garantizar su independencia.

El teniente de alcalde ha explicado que el Código de Conducta tiene "vocación de universalidad", ya que aspiran a que pueda ser de aplicación para todos los funcionarios. Un punto que se tiene que negociar con los sindicatos, ha señalado.

Después de la aprobación a la Comisión de Gobierno, la oposición tiene 15 días para presentar alegaciones y después se abordará en la Comisión de Presidencia. Si el trámite sigue con normalidad, se iniciará el periodo de exposición pública durante un mes, y después se debatirá en el pleno municipal.