Ordenar las cartas antes de ponerlas sobre la mesa de negociación con el Estado y empezar a jugar la partida. Es el objetivo que se ha fijado el president de la Generalitat de cara a las próximas semanas. La mañana siguiente de su reunión con Pedro Sánchez, y tal como adelantó ElNacional.cat ayer, Pere Aragonès ha anunciado en una entrevista en Catalunya Ràdio su intención de convocar a partidos y entidades para perfilar un gran Acuerdo Nacional por la Autodeterminación y la Amnistía. "La parte catalana tiene que ir muy preparada", ha apuntado. Empezando por ERC, Junts y la CUP, durante el mes de julio el president citará a las fuerzas políticas —también a los comunes— y las entidades de la sociedad civil en busca del consenso para una "propuesta de país". La conclusión es que "cuanto más fuerte sea la parte catalana, más se podrá avanzar". Eso sí, ha evitado poner fechas al acuerdo. En todo caso, ha querido tranquilizar a Junts per Catalunya por sus recelos. "No tienen que sufrir, porque ya hemos diferenciado claramente los dos espacios de interlocución". Por una parte las cuestiones bilaterales del día a día y por la otra el conflicto político de fondo.

La vía Rovira-Turull-Herrera

Mientras estaba en marcha la entrevista en el matinal de la radio pública catalana, el presidente español comparecía en el Congreso para justificar los indultos. Su intervención ha sido un jarro de agua fría al anhelo del referéndum pactado. Sánchez ha dicho que la única posibilidad de que se conceda es que el independentismo convenza a una mayoría en el Congreso para modificar la Constitución, y que el PSOE "nunca jamás" le dará apoyo. Aragonès ha devuelto la pelota planteando que "hay caminos que no pasan por la modificación de la legislación española" y ha recordado que "ya se discutió una propuesta el año 2014 presentada por Rovira, Turull y Herrera". "Persistiremos", ha garantizado, acompañando la promesa de una advertencia al Gobierno: que "los problemas no se resuelven escondiendo la cabeza bajo el ala", y que "si lo que se quiere es esquivar esta cuestión, tienen que saber que la volverán a tener sobre la mesa".

Mientras no se llegue a la meta, Aragonès ha señalado que "ellos tienen que dar pasos" en el marco del fin de la represión, porque este contexto hace "muy difícil un diálogo honesto y franco". Con todo, ha reconocido que "cuando un proceso —judicial— está muy adelantado es muy difícil corregir y deshacer el camino". Y el PSOE y Podemos, ha remarcado, se han encontrado con "una represión que al gobierno del PP se le escapó de las manos y ahora está secuestrada por los aparatos del Estado".

Durante la reunión de ayer en la Moncloa, Sánchez pidió a Aragonès que asista a la conferencia de presidentes autonómicos convocada para este mes de julio en Salamanca, donde se discutirá sobre la gestión de los fondos europeos. El jefe del ejecutivo catalán considera que "no será lo más útil para avanzar". Por eso, si nada cambia, no asistirá. "A día de hoy mi previsión es mantener la interlocución con el presidente del Gobierno a través del ámbito bilateral y no en la conferencia de presidentes".

Aval a los perseguidos por el Tribunal de Cuentas

Preguntado por la posibilidad de que el Govern que él preside avale a los perseguidos por el Tribunal de Cuentas, una opción que apuntó Jordi Sànchez hace unas horas, Aragonès ha sido contundente. "El Govern de Catalunya habla por boca del Govern. Estudiaremos todas las medidas que permitan parar esta represión. Si tenemos una propuesta sólida y eficaz que no genere falsas expectativas, la aplicaremos", ha afirmado.

En la imagen principal, Aragonès entrevistado en Catalunya Ràdio. / Jordi Bedmar