La comparecencia de Pedro Sánchez ante el Congreso estaba convocada oficialmente para informar del Consejo Europeo. Pero el presidente español ha cogido la cuestión catalana por los cuernos, informando en primer lugar de los indultos a los presos políticos y del diálogo con la Generalitat. Al día siguiente de la reunión con el president Pere Aragonès en La Moncloa, el dirigente socialista ha querido ser meridianamente claro: "No habrá referéndum de autodeterminación salvo que logren convencer a tres quintas partes del Congreso. El PSOE nunca aceptará este tipo de derivada". Así lo ha prometido a los que puedan tener "reservas" hacia la medida de gracia. También ha garantizado que "se aplicará la ley siempre que sea necesario".

Así, el presidente del Gobierno ha arrancado la comparecencia ante el Congreso reivindicando "el espíritu integrador de la Constitución", que se basa en el "diálogo" y la "concordia". Con esta decisión de conceder los indultos, ha defendido Sánchez, "abrimos una nueva etapa" en Catalunya y España. Ha remarcado que se han concedido "después de 44 meses de prisión" y que es una medida "plenamente legal y constitucional", frente a los aspavientos de la derecha y la extrema derecha. En este sentido, ha recordado cómo Aznar dio más de 18.000 indultos y Rajoy más de 800, "y no cuestionaban las acciones de los tribunales".

 

El dirigente socialista ha querido diferenciar el indulto de la figura de la amnistía, porque "no niega la existencia del delito ni la responsabilidad de los autores", sino que "sólo supone el perdón". A partir de aquí, ha remarcado que son parciales y condicionados y que existen razones de utilidad pública para su concesión. Si bien "no resolverá definitivamente" el conflicto, desde La Moncloa están convencidos de que "puede ayudar a aliviar la división y facilitar el diálogo". Ha remarcado cómo muchas personas no independentistas también lo creen así en Catalunya. Lo ha vendido como "la primera respuesta a la grave crisis social y política" que atraviesa Catalunya.

Por otra parte, Sánchez ha tirado de argumentario para repetir varias veces que "en España tienen cabida todas las ideas democráticas, también las independentistas". Y para reivindicar que es "una de las 23 democracias plenas del mundo". Por eso, ha rebatido al independentismo que "no es cierto afirmar que alguien ha sido perseguido por sus ideas".

Sánchez también ha querido dirigirse a Pablo Casado y al PP, para reclamar que hagan "una oposición de Estado" y acabe con el bloqueo de órganos constitucionales, como es el caso del Consejo General del Poder Judicial. Como al conjunto de partidos, les ha llamado a ser "capaces de recuperar el espíritu constituyente, centrarnos en las soluciones y buscar puntos de coincidencia".

"La vía judicial no vale por sí sola para garantizar la convivencia en Catalunya", ha defendido Pedro Sánchez, que ha reclamado no delegar en los tribunales la tarea de los políticos. También ha reclamado a Pere Aragonès que "Catalunya hable con Catalunya", que convoque la mesa de partidos políticos del Parlament. "Es el tiempo de la política y el Gobierno hará política", ha concluido al respecto.

"Bombardear Barcelona una vez cada cincuenta años"

En su turno de réplica, Pedro Sánchez ha cargado especialmente contra Pablo Casases, a quien ha acusado de "generar odio y discordia entre los españoles" con sus mesas petitorias de firmas contra los indultos. Ha reprochado a los populares que no tienen "ningún proyecto" para Catalunya, sólo "alimentarse" del conflicto. A Santiago Abascal le ha acusado de tener la misma propuesta que Espartero, que "decía que por el bien de España hay que bombardear Barcelona una vez cada cincuenta años".