Justo cuando se cumple una semana de la primera reunión de la mesa de diálogo, y todavía con la resaca del acto del sábado en Perpinyà, que volvió a evidenciar las diferencias estratégicas entre JxCat y ERC, el vicepresidente del Govern, Pere Aragonès, ha querido volver a poner en valor el diálogo y lo ha calificado de "acontecimiento histórico". El dirigente republicano ha reivindicado que "por primera vez" los dos gobiernos se sentaron en una mesa y ha recordado que la delegación catalana fue para defender la "autodeterminación" y la "amnistía".

Con todo, y con una referencia velada a la contraposición entre movilización y diálogo que algunos de los exiliados pusieron sobre la mesa en Perpinyà, Aragonès ha defendido que hay que combinar la "fuerza de los votos y las urnas" con la "movilización política, llenando calles y plazas por todas partes". "Movilización y negociación tienen que ir de la mano", ha reivindicado en este sentido. Lo ha defendido durante la sesión de control en el Govern que ha tenido lugar en el Parlament este miércoles por la mañana.