El frente común que ayer planteó el president de la Generalitat, Pere Aragonès, para parar la llegada de un gobierno de PP y Vox al Estado no ha provocado ningún especial entusiasmo entre los grupos interpelados, que atribuyen la propuesta a una gesticulación para esconder los malos resultados de ERC en las elecciones del domingo. Aragonès ya ha podido constatar que sus exsocios de Junts pondrán encima de la mesa las mismas reivindicaciones que provocaron su salida del Govern, que la CUP le exige recuperar la confrontación con el Estado y que los comunes no piensan sumarse a ningún frente donde esté Junts. Todo antes de que empiecen las reuniones que está previsto que se celebren a lo largo del día de hoy en el Parlament con ERC y comunes antes de comer, y con CUP y Junts, después, mientras que mañana Aragonès se reunirá con el PDeCAT.

Al tomar la palabra ante el pleno en la sesión de control el president, Albert Batet, presidente del grupo de Junts per Catalunya, ha asegurado que su partido valora el llamamiento del president y ha mostrado la predisposición a hablar, si es sincera. Pero a partir de aquí ha empezado el rosario de reproches. Batet ha advertido que hace tiempo que avisan sobre la necesidad de un cambio de rumbo en el ejecutivo y que no hacía falta elecciones para constatarlo; que si se hubiera asumido este cambio de rumbo, el conjunto del independentismo se habría ahorrado situaciones nada deseables como el cese del vicepresident Jordi Puigneró, la salida de Junts del Govern o la negociación sin consenso en Madrid para reformar el Código Penal. "Sin embargo, valoramos muy positivamente la rectificación. Ahora bien, si es una reacción puramente por los resultados electorales de su partido, eso no será creíble. Tendrá que ser algo más que una pura declaración de intenciones. Pero hace falta unidad. Sin reproches", ha advertido Batet, que ha apostado por un frente común el 23-J.

"Para hacerlo sin reproches...", ha ironizado Aragonès al tomar la palabra. El president ha advertido que todo el mundo podría venir con una lista de agravios y ha insistido en que la situación en el gobierno del Estado ha sido difícil y ahora lo puede ser mucho más, por lo que tiene que encontrar al independentismo "unido y cohesionado al máximo".

A golpe de papeleta

También desde la CUP Eulàlia Reguant ha coincidido en que la hora es grave, pero ha reclamado al president si piensa corregir el rumbo del Govern y su "concertación con el Estado y la patronal". "Las propuestas de última hora parecen propuestas más a golpe de papeleta fruto de unos malos resultados electorales y encarados a unas nuevas elecciones", ha advertido la cupaire, que ha insistido en la apuesta en escalar la confrontación con el Estado, en derechos sociales y soberanía, porque es en este conflicto donde el soberanismo suma. Reguant  ha preguntado sobre la recuperación de los grandes consensos en Catalunya en regulación de alquileres y en inmersión lingüística. "¿Puede ser que sus pactos con el PSC hayan situado al PSC a la centralidad política y el PSC los haya arrasado en las municipales??, se ha preguntado.

En respuesta a Reguant, Aragonès ha insistido en que la propuesta que ayer hizo tenía el objetivo de ser lo suficiente abierta para poder construir en positivo propuestas para el conjunto del país. "No se trata de una papeleta de un día, se trata de una alianza de fondo y un trabajo constante", ha insistido el presidente, como ya puntualizó ayer ante los empresarios del Círculo de Economía.

Cortina de humo

Tampoco los comunes han mostrado especial entusiasmo ante la propuesta de Aragonès. Jéssica Albiach ha tildado de decepcionante y "cortina de humo" la comparecencia de Aragonès apostando por un frente común y ha reprochado que "el problema de Catalunya es un gobierno débil", que mantiene en su cargo el conseller de Educación o la consellera de Presidencia, que no ha sabido organizar unas oposiciones, o que se plantea volver a "regalar le a Junts la presidencia del Parlament que se ha utilizado "en beneficio personal" de Laura Borràs. "No puede haber unas instituciones fuertes que defienden Catalunya con un gobierno debilitado", ha advertido Albiach que ha añadido que los comunes con Junts per Catalunya no irán "ni a la esquina".

Desde el PSC el primer secretario, Salvador Illa, ha reprochado a Aragonès que "hace un mal servicio al país estando permanentemente pendiente de las elecciones y subordinando su calendario a las convocatorias electorales", ha advertido que quien cambia "cada dos por tres" de orientación es que está desorientado y, después de recordar que el Govern ha podido aprobar los presupuestos, le ha emplazado a qué los ponga en marcha. "Catalunya no necesita frentes, necesita buen gobierno, ideas claras y convicciones firmes para prosperar e ir adelante," ha advertido además de lamentar que Aragonès dé por hecho un resultado de las elecciones convocadas por Pedro Sánchez, que ha asegurado que las convoca para ganarlas.

El responsable del grupo de Vox, Ignacio Garriga de Vox, le ha interrogado sobre si "cree que el Frente Popular, ahora renombrado Frente Común es lo que necesita Catalunya" y le ha advertido que "el resultado de Vox demuestra la tendencia" y que "Catalunya tiene un anhelo de cambio".

Desde Ciudadanos, Carlos Carrizosa, ha denunciado que la propuesta de frente común que ha planteado Aragonès demuestra que ERC lo único que sabe hacer es dividir, polarizar, y hacerlo con reminiscencias guerracivilistas y le ha pedido que si este movimiento quiere decir que "va a colgar la piel de cordero y vuelve al modo procés, a cara de perro, y lanzando nuevas llamadas por la independència".

Aragonès ha replicado que son precisamente los diputados del grupo naranja "los mayores expertos en división y polarización". "Ustedes nacieron para hacer eso", ha remachado para sentenciar que su propuesta "no es guerracivilismo, es antifascismo".

La popular Lorena Roldán ha sentenciado que el Govern hace aguas y que así lo demuestran las primeras elecciones a qué se ha sometido ERC desde que Aragonès es president.