Para aprobar los presupuestos, será necesario —como mínimo— el apoyo de tres grupos parlamentarios. Así lo ha reconocido el president de la Generalitat, Pere Aragonès, que ha visto cómo el Hard Rock es una de las piedras angulares que puede dificultar la configuración de una mayoría que permita sacarlos adelante. Aragonès ha expuesto que le gustaría contar con el apoyo del PSC, Junts, la CUP y los comunes: los dos primeros son partidarios de este proyecto, mientras que los otros dos lo rechazan. Y así se ha puesto de manifiesto en la sesión de control de este miércoles: los comunes y Junts han reclamado al ejecutivo que se posicione sobre el Hard Rock. El encontronazo más fuerte ha sido con los juntaires. Albert Batet ha ironizado con el acuerdo de claridad y ha afirmado que permitir los trámites para impulsar el Hard Rock "no es gobernar": "¿Qué piensan hacer? ¿Harán caso al PSC o a los comunes? Una semana escuchamos a la portavoz Patrícia Plaja diciendo que se está tramitando el plan director urbanístico, y la semana anterior la portavoz de ERC, Raquel Sans, dice que no es un proyecto prioritario. ¿Quién manda?".

En esta línea, Batet ha reprochado "desorientación" al ejecutivo y le ha reiterado su crítica por no haber presentado todavía los presupuestos de 2024. Paralelamente, el presidente del grupo parlamentario de Junts ha destacado que presentaron un documento de 100 medidas en la reunión con el ejecutivo el pasado jueves y han subrayado la propuesta para eliminar el impuesto de sucesiones, que consideran un tributo "injusto".

Ante estos reproches, el president Aragonès se ha revuelto y ha destacado que, sobre el Hard Rock, tramitarán el proyecto "de acuerdo con la normativa urbanística" y "garantizando la sostenibilidad que cualquier proyecto de nuestro país debe tener en un contexto de cambio climático". El republicano ha replicado con el acuerdo de claridad y ha asegurado que quien necesita hacerlo es Junts: "Señor Batet, como diputado votó la actual normativa del impuesto de sucesiones hace cuatro años. El acuerdo de claridad debe tenerlo usted, ¿debemos creernos al Batet de 2020 o al de 2024? Pierden la orientación". Todavía en relación con esta propuesta, Aragonès ha sostenido que, analizándola, supondría una pérdida de recaudación de 1.200 millones de euros: "¿De dónde los restamos? Si tienen una propuesta adecuada nosotros nos sentaremos, pero si no, es hacer volar palomas y aquí no nos encontrarán".

 

Aragonès pide no condicionar los presupuestos al Hard Rock

A su vez, los comunes han advertido de nuevo que no apoyarán los presupuestos si se impulsa el Hard Rock. A una pregunta sobre las medidas que piensa impulsar el Govern en los centros educativos por las altas temperaturas, el president de la Generalitat, Pere Aragonès, ha insistido en que eso supone "inversión" y que, para hacerlo, habrá que sacar adelante los presupuestos de 2024. David Cid, portavoz de los comunes, ha reiterado al Govern que sus prioridades para las cuentas son "salud, educación, renovables y vivienda" y ha afirmado que un ejecutivo "incapaz de plantarse ante el Hard Rock no va bien". Durante su réplica, Aragonès ha aseverado que hay una mayoría en el Parlament a favor de este proyecto y ha reconocido que Esquerra Republicana "no abraza con entusiasmo" la iniciativa, pero que siguen con la "tramitación". En todo caso, ha dicho que la prioridad del Govern es la "reindustrialización" y cree que "una cuestión que no tiene relación con el presupuesto no debe comportar el hecho de sacrificar" unas cuentas que tendrán "más de 7.000 millones en educaciones, 1.045 millones en sequía o 600 millones para el Pacte Nacional de la Indústria". "Puedo entender las dudas, ¿pero por la oposición a un solo proyecto tenemos que desmerecer todo esto? Piénsenselo y alcanzemos un acuerdo", ha concluido el president.

Por su parte, el jefe de la oposición, Salvador Illa, ha querido preguntar por la fecha del inicio del calendario escolar para el curso 2024-2025 y ha aprovechado para pedir al Govern que "tenga un rumbo claro". El president Aragonès ha defendido el adelanto del calendario escolar, que ya se produjo en el curso 2022-2023, porque "empezar más tarde es contraproducente para los resultados educativos y la conciliación de las familias". Sin embargo, el republicano no ha aclarado cuál será la nueva fecha porque se acordará en el marco del Consell d'Educació.

La CUP aprieta al Govern por los presupuestos y la amnistía

Quien también ha elevado la presión para los presupuestos es la CUP. Este año, los anticapitalistas han entrado a negociar las cuentas y han vuelto a exigir al Govern que decida si quiere llegar a un acuerdo con ellos "para hacer las políticas que la gente necesita" o bien escoge el "camino fácil, el de la patronal, el del intercambio de cromos y el del negacionismo climático" con el PSC. Como han hecho otros grupos, el diputado Xavier Pellicer ha reprochado al president "la poca claridad a la hora de definir las políticas que quiere hacer" y ha insistido en que el país necesita "valentía política y políticas de izquierdas independentistas". Pere Aragonès ha dejado entrever que algunas de las propuestas de los cupaires hacen inviable conseguir una mayoría para los presupuestos: "Si planteamos propuestas que no puedan suscitar la mayoría necesaria, no encontraremos el camino. Un acuerdo que no permita construirla sería un acuerdo que nos dejaría tranquilos de conciencia, pero no sería efectivo para aprobar las cuentas". Con todo, el president ha reiterado su "disposición" para "profundizar en las conversaciones y encontrar los puntos de encuentro".

Los anticapitalistas han sumado a su intervención una petición dirigida a Esquerra Republicana y Junts per Catalunya sobre la ley de amnistía. Xavier Pellicer les ha instado a presentar una enmienda para incluir el delito de coacciones y hacer que la ley "incluya a todo el mundo". Sobre este tema, Aragonès ha aprovechado para insistir en que "la amnistía es urgente" y que "cada día que pasa, la represión es más fuerte".