Josep Rull fue elegido president del Parlament justo hace un año. Después de semanas de múltiples especulaciones con el actual conseller de Justicia, Ramon Espadaler (PSC); el exconseller de Interior Joan Ignasi Elena (ERC); y Anna Erra (Junts) como los nombres que, entonces, sonaban con más fuerza, Junts per Catalunya, ERC y la CUP llegaron a un acuerdo a última hora para que fuera un ex preso político y exconseller quien representara la segunda institución más relevante de la nación catalana. Aunque el independentismo no sumaba una mayoría absoluta, el PP y Vox rechazaron dar apoyo a la candidata del PSC, la actual portavoz del Govern, Sílvia Paneque, mientras que los Comuns presentaron a su propia candidata, Susanna Segòvia.

Rull ha traído estabilidad en la presidencia del Parlament, después de que la anterior legislatura fuera más que complicada, con hasta tres presidentas en funciones de la cámara catalana (Laura Borràs, Alba Vergés y Anna Erra) por la pérdida del escaño de la expresidenta Laura Borràs por la sentencia condenatoria del caso de la Institución de las Letras Catalanas. Rull está bien valorado por la gran mayoría de grupos políticos en la cámara catalana, exceptuando Vox y Aliança Catalana, y es que ha buscado potenciar la figura institucional del president del Parlament.

Contrapeso a Illa

Más allá de eso, Rull ha buscado hacer de contrapeso al discurso "desnacionalizador" que desde Junts per Catalunya consideran que pronuncia el president de la Generalitat, Salvador Illa. Por eso, en su mayoría de discursos apela a la nación catalana y a elementos históricos del catalanismo político y cultural. Un buen ejemplo es como respondió en catalán a una carta de la presidenta de las Corts Valencianes, Llanos Massó, o ha apostado por plantar una bandera de 54 metros cuadrados en un palo de 25 metros de altura ante el Parlament (todavía está en construcción). La Mesa la cual preside también ha llevado al Parlament la conmemoración del décimo aniversario del 9-N o ha instaurado por primera vez el tió y el caganer por Navidad, junto con la recuperación del canto de villancicos. Otro ejemplo son las reuniones con los exiliados, como el presidente Puigdemont, el exconseller Lluís Puig o el exexiliado Ruben Wagensberg.

Discursos de odio

Otro de los elementos por los cuales se ha caracterizado Josep Rull como president del Parlament es con los discursos de odio. Con el aumento de fuerzas populistas como Vox y Aliança Catalana, Rull ha tenido que tratar a fondo esta cuestión cambiando de estrategia. Mientras que inicialmente apostaba por cortar la palabra a los diputados que emitieran discursos de odio, ahora les permite seguir con el objetivo de evitar la victimización de los diputados de estas fuerzas. En sus declaraciones, de hecho, acostumbra a hacer mención de "rebelarse" contra los discursos de odio a los recién llegados, como por ejemplo durante el centenario del nacimiento de Paco Candel.

De hecho, todavía están estudiando la forma de afrontar estos discursos y, por eso, recibió una delegación del parlamento del land alemán de Baden-Württemberg, donde la ultraderecha tiene presencia a través de seis diputados de Alternativa por Alemania, que han utilizado el parlamento como trampolín por sus discursos racistas. Su sistema consiste precisamente en dejar acabar las intervenciones, sin interrumpirlos (cómo se hace ahora mismo a la cámara) para después analizarla, si así lo pide algún grupo parlamentario o de la Mesa en una comisión específica.. Por este motivo, también se reunió con el exvicepresidente del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos, el andorrano Josep Casadevall.

81.000 km, 152 municipios visitados y 482 actos

Josep Rull también ha recurrido gran parte del país durante este primer año, con actos diarios y con asistencia en fiestas emblemáticas, como las comparsas de Vilanova i la Geltrú. Según un dosier de su gabinete trasladado a la prensa, Rull ha recorrido hasta 81.000 kilómetros, ha visitado 42 comarcas, el Arán y 152 municipios, ha realizado 157 audiencias en el Parlament, 482 actos externos y 52 institucionales y ha presidido 24 sesiones plenarias. Ha visitado ayuntamientos, consejos comarcales, diputaciones, ferias, fiestas tradicionales, festividades castelleres, fiestas mayores, ha inaugurado pabellones, consultorios y ha protagonizado encuentros empresariales y visitas a empresas. También ha visitado universidades, fundaciones, centros de investigación o entidades del tercer sector.

Asimismo, Rull ha apostado por internacionalizar el Parlament con el objetivo de intercambiar experiencias legislativas e intensificar las relaciones. El presidente de la cámara catalana se ha reunido con 14 embajadores y cónsules acreditados en Barcelona, además de la recepción de una cuarentena de representantes consulares con motivo del Día de Europa. También ha llevado a cabo 8 audiencias y recepciones en delegaciones de parlamentos extranjeros y ha visitado otras cámaras, como Gales, el Reino Unido, Andorra o el Quebec, con quien, precisamente, ha reactivado las relaciones bilaterales para afrontar la identidad nacional. Rull, el pasado febrero, también visitó el parlamento vasco y se reunió con el lehendakari Pradales con el fin de fortalecer la "complicidad histórica" entre naciones.

Acuerdo con los trabajadores, plan de descarbonización y reducción de los trámites

Una de las carpetas calientes que asumió la nueva Mesa del Parlament presidida por Rull es el conflicto con los trabajadores por las delgaduchas de jubilación. El pasado noviembre las dos partes llegaron a un pacto para suprimirla de forma progresiva hasta el 2050, ahorrándose 8,1 millones de euros, pero activando el plan de pensiones y los pluses de productividad.

Asimismo, uno de los objetivos que también se ha fijado Rull durante este mandato es la de reducir los plazos de las leyes al Parlament y hacer los mecanismos más ágiles para las comparecencias. "Tenemos que buscar todos los mecanismos a fin de que el Parlament acabe siendo el latido real de cómo es el país", decía el pasado noviembre. Rull, junto con la Mesa, han detectado que se impulsan pocos proyectos de ley por parte de gobiernos de todos los colores y "se abusa demasiado" de los decretos ley, tal como dice el Consejo de Garantías Estatutarias. "Si el Parlament no es flexible, lo que ocurre en el país y en el mundo nos pasará por encima", reflexionaba Rull.

Finalmente, el president del Parlament también ha impulsado un plan de acción climático hasta el 2030 que tiene que aplicar el edificio de la cámara catalana. El objetivo es conseguir un edificio neutro de carbono, con un plan de desplazamiento de Empresa con el fin de conocer y cambiar los hábitos de sus trabajadores e incluso diputados. También busca la electrificación del 100% de la flota de vehículos, ampliar las estaciones de recarga de vehículo eléctrico y facilitar, todavía más, el uso de los cargadores eléctricos. Las emisiones totales de gases de efecto invernadero del Palau del Parlament durante el 2023 fueron de 177 toneladas de CO2 equivalentes teniendo en cuenta solo las emisiones asociadas directamente a la actividad de la institución.