El exministro de Fomento Francisco Álvarez-Cascos ha sido expulsado de Foro, el partido asturiano que promovió hace nueve años, y denunciado en un juzgado de Oviedo como presunto autor de distintos delitos de apropiación indebida y administración desleal.

La comisión directiva de Foro, al frente de la cual se encuentra la exalcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, ha tomado esta decisión a raíz de una auditoría externa encargada hace meses en la que se denuncian distintas irregularidades y en la que se achacan a Álvarez-Cascos ingresos de más de 1,2 millones de euros en sueldos y gastos que pasó al partido que él promovió en 2011.

La querella interpuesta por la actual dirección de Foro contra su fundador va a acompañada de numerosas de facturas y contratos de su esfera personal que, según han señalado a Efe fuentes del partido, pueden haber supuesto para la formación un coste superior al millón de euros.

Entre esas facturas, las hay de zapatos para sus hijos, videojuegos, tasas de licencia de pesca, llamadas de teléfonos de su familia o estancias en hoteles en viajes particulares, según fuentes del partido, que aseguran que la dinámica de gastos se mantiene desde que se fundó el partido hace nueve años.

Tras su salida del Partido Popular, Cascos impulsó Foro Asturias Ciudadanos -el acrónimo del partido, FAC, coincidía con las iniciales de su presidente- y se mantuvo al frente de esta formación hasta 2018, primero como presidente y luego como secretario general, hasta que tomó las riendas la exalcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón.

El enfrentamiento entre ambos por el control del partido llevó a Moriyón a fiscalizar las cuentas desde la fundación del partido, a anunciar a finales del pasado año que el tiempo de Cascos en Foro ya había pasado y a anunciar que se personarían en los tribunales por los gastos en los que había incurrido.

El que fuera vicepresidente del Gobierno de José María Aznar, ministro de Fomento y presidente del Principado de Astúrias no se considera, sin embargo, responsable de las irregularidades destapadas en esa auditoría y ha defendido la transparencia de una cuentas "que conoce todo el mundo" y que han sido auditadas y fiscalizadas hasta hace un año.

"No me siento responsable de las irregularidades" y "no hay ningún misterio", señaló Álvarez-Cascos tras hacerse pública la auditoría el pasado 29 de mayo.