El activista de los CDR Adrià Carrasco recrimina al Gobierno su reacción a los disturbios post-sentencia y asegura que es "incoherente". "Están jugando un doble papel gritando a la movilización y reprimiéndola al mismo tiempo", asegura en una entrevista a la ACN, preguntado por la petición de prisión de la Generalitat a los dos detenidos en los disturbios en Girona. Carrasco pronuncia un llamamiento a "contrarrestar desde la izquierda" el "discurso que criminaliza" determinadas formas de protesta. En el aniversario de su llegada a Bruselas huyendo de una acusación de terrorismo, Adri se confiesa "orgulloso de estos dos años de resistencia". Por ahora no contempla volver a Catalunya porque el riesgo a ser detenido no lo "compensa".

"El escenario ideal para que yo vuelva es el archivo del caso", defiende al joven acusado de desórdenes públicos.

Sin embargo, Adri no descarta plantearse el retorno si España levanta la orden de búsqueda y captura que pesa sobre él en el Estado. "Tengo una vida aquí y, a pesar de ser consciente del motivo por el cual he venido, no tengo una excesiva prisa para volver", admite.

Recogiendo el primero que encontró, este miembro del CDR de Esplugues se marchó a Bélgica en abril del 2018 cuando la Guardia Civil llamó a la puerta de su casa. Acusado de terrorismo, rebelión y sedición con sólo 25 años, Carrasco emprendió el mismo camino que meses antes habían hecho los exmiembros del Gobierno para no someterse a la justicia española.

Después de unos primeros meses duros de adaptación en un momento de máxima tensión política y mediática por el procés, ahora el Adri ya se ha adaptado a la nueva vida belga estudiando y trabajando como técnico de sonido. Sin embargo, insiste en que la "cierta comodidad" en la que vive no le ha hecho olvidar los motivos por los cuales se marchó a Bélgica.

"España no permite la disidencia, que se persigue con todas las fuerzas del Estado", denuncia.

No se arrepiente de haberse marchado

Mirando atrás no se arrepiente de su decisión de "desobedecer" la justicia española, si bien quizás habría escogido algún lugar "con playa o con un invierno menos duro" que el de Bruselas.

La Audiencia Nacional ya retiró los cargos de terrorismo contra él, pero mantiene la acusación de desórdenes públicos y una orden de arresto contra él. Ahora el caso está atascado en los juzgados de Granollers y Vilanova i la Geltrú por los cortes de los peajes de la Roca del Vallès, a la AP-7, y de Vallcarca, en la C-32.

Fuera del foco mediático

Adri admite que el foco mediático de los primeros meses "ha ido bajando", pero agradece que siga recibiendo "muestras de solidaridad desde Catalunya y España". Sin embargo, reivindica que los activistas necesitan este "foco especial" para dar a conocer sus casos y que "los políticos no se coman toda la atención".

"Pero no es una cuestión de intentar llamar la atención todo el rato", aclara.

Confinamiento

Como a prácticamente toda Europa, Carrasco se encuentra confinado en su casa. Ya está acostumbrado a mantener los contactos con los suyos a distancia, pero lamenta que su familia no lo puede visitar.

"Los represaliados como los presos y exiliados tenemos limitada la capacidad de ver a nuestra familia", constata.

En este sentido, critica que los líderes independentistas encarcelados no tienen "garantizadas las medidas de seguridad" y reclama su liberación. "Se están recortando los derechos de estas personas", afirma, remarcando que no sólo afecta a los independentistas sino también a todos los reclusos.

La activista denuncia que los colectivos más vulnerables como "los sin techo, las clases trabajadoras o los inmigrantes" son los que están sufriendo más esta crisis.

"Cuando se levante el confinamiento hace falta una movilización masiva para reivindicar los derechos sociales dentro de una República catalana separada de un estado español completamente incompetente", reivindica.