El abogado Carlos Perales, que representa al pseudosindicato de ultraderecha Manos Limpias en el juicio por el caso de la mujer del presidente del gobierno español, Begoña Gómez, ha presentado su renuncia a continuar representando a la entidad al apreciar que sus decisiones responden a "fines de naturaleza política". En su escrito al Juzgado de Instrucción Número 41 de Madrid, donde Juan Carlos Peinado instruye la causa, que también ha hecho llegar a Manos Limpias vía burofax, el abogado afirma que el planteamiento de la asociación sobre la causa es "incompatible" con los principios de su despacho e indica que las decisiones estratégicas del procedimiento "ya no se inspiran prioritariamente en la lógica procesal ni en la solidez de los argumentos jurídicos". En este sentido, el abogado cree que "en buena parte", las decisiones sobre el proceso judicial responden "a consideraciones de oportunidad política, impacto en la opinión pública o posicionamiento ideológico".
Esta deriva "resulta incompatible con la praxis que rige el ejercicio de la abogacía, fundada en la independencia, el rigor técnico y la estricta sujeción a criterios jurídicos objetivos", añade el letrado, que recuerda que el Código Deontológico de la Abogacía Española impone al letrado el deber de actuar con plena independencia, preservando la función social de la abogacía ante presiones o intereses ajenos al proceso. "La utilización del procedimiento judicial como instrumento para la obtención de fines de naturaleza política, ajenos a la estricta resolución de la controversia planteada, sitúa al abogado en una posición que compromete esta independencia y, en última instancia, erosiona la confianza en la función técnica que debe ejercer", argumenta Carlos Perales en su escrito.
"La abogacía no se puede confundir con el activismo político"
En este contexto, recalca que "la abogacía no puede ser confundida con el activismo político ni con la estrategia de comunicación pública", lo cual "compromete la independencia" de la defensa. **"El abogado debe ejercer como operador jurídico, no como agente político o portavoz mediático"**, añade en su escrito. Por ello, seguir en el caso cuando "los mensajes se diseñan más en clave de repercusión pública que de eficacia procesal", supondría "diluir la frontera esencial entre la defensa técnica del Derecho y la instrumentalización política del proceso", afirma el abogado. Aparte del abogado, **también ha renunciado el procurador de la causa**, que explica que el pasado mes de septiembre se intentó poner en contacto con el pseudosindicato Manos Limpias para dura a cabo mediante un burofax que la entidad no recogió. Al no obtener respuesta de su cliente, el abogado y el procurador han hecho efectiva su renuncia ante el juez, Juan Carlos Peinado.