Hace pinta de que fue una reacción fruto de la presión de los titulares. Un caso, da igual cuál, hizo que la Administración se sintiera obligada a tomar alguna medida para calmar a la sociedad y que pareciera que hacía alguna cosa. Y así fue como se inventaron eso de que cualquier persona que trabaje con menores tenga que tener un certificado de penales. Reconozco que no entiendo del tema, pero todo esto me suena poco lógico.

Poniendo por delante que la gente puede rehabilitarse y que, una vez ha pagado su pena, tiene derecho a no ser estigmatizada, era marciano que nadie hiciera ningún seguimiento de los condenados por abusos de menores y que les fuera posible trabajar con niños sin ningún control. Pero todavía es más marciano que ahora, quien quiera trabajar con menores tenga que presentar en el puesto de trabajo un papel oficial justificando que no ha sido condenado por ningún delito relacionado con el tema. ¿Esto realmente evita alguna cosa?

Pero es que, además, ¿no han inventado una cosa que le llaman informática? Si alguien va una empresa y pide un trabajo relacionado con menores, la empresa tendría que poder consultar una base de datos y en el mismo instante saber los penales de aquella persona, cuánto gana cada año, si tiene una hipoteca y la marca y modelo de su coche (si tiene). Pues no.

Y así es como en el siglo XXI, ciudadanos de toda Catalunya que trabajan o que quieren trabajar con menores (pero tampoco queda claro todavía qué profesiones quedan afectadas exactamente por la medida y cuáles no) tienen que hacer decenas de kilómetros para ir a Barcelona, hacer cola de madrugada en medio de la calle y, con suerte, entrar dentro de la cuota diaria de atendidos. Y si quedan fuera, vuelvan mañana, que ustedes en su vida no tienen nada mejor que hacer que ir viniendo para pasarse varias horas de pie, al relente y pasando frío. Increíble.

Oiga, estos famosos "penales", ¿no podrían pedirse enviando un correo electrónico? Los solicitas, te los preparan y te los envían. Y tema muerto. O si tienes que ir presencialmente porque no-sé-qué, te dan hora para pasarlos a recoger, como hacen con el DNI, y ya está. Pues no.

Total, que el viernes próximo no, el otro, acaba el plazo para que las personas que trabajan con niños y jóvenes presenten el certificado de antecedentes penales que exige la ley de protección al menor modificada el verano pasado. Total, que la única oficina que expide este documento está en Barcelona y está colapsada. Total, que cada día van centenares de personas y sólo pueden atender a unas 250. Total, que una vez más, la falta de previsión hará que al final se alargue el plazo y que quede demostrado que entre poder hacer las cosas bien o mal, siempre optan por la segunda posibilidad.