Hace unos días que murió, en su casa de Cambridge —Massachusetts—, el profesor Thomas Bisson, insigne historiador medievalista y gran conocedor de Catalunya. Nos lo hicieron saber Andreu Mas-Colell y Victòria Alsina, que lo conocían de sus respectivas estancias en Berkeley y en Harvard.
Ha muerto a la respetable edad de 94 años, después de una prolífica carrera que lo llevó a conocer algunas de las universidades más prestigiosas del mundo: doctorado en Princeton, profesor en las mencionadas Berkeley y Harvard, profesor visitante en Oxford, entre otros. También fue miembro de importantes sociedades científicas como la Medieval Academy of America (de la cual fue presidente), de la American Philosophical Academy, la Royal Historical Society de Londres o del Institut d'Estudis Catalans.
Explicaba Victòria Alsina, en un acto que organizamos en Girona hace tres años con motivo del 50.º aniversario del discurso de Pau Casals en la ONU, que Bisson quedó muy impactado por este discurso que vio en directo por la televisión en 1971, el del famoso "I am a Catalan". Como buen historiador medievalista anglosajón, el hecho de que un pequeño país europeo hubiera tenido "el primer parlamento mucho antes que en Inglaterra", como enfatizó Casals, no era un hecho nada menor.
Bisson, pues, visitó de nuevo Catalunya y se sumergió en la historia medieval de nuestro país, haciendo descubrimientos y aportaciones importantísimas para la historiografía no solamente catalana, sino también europea y occidental. Defendía que una de las grandes aportaciones de Catalunya es la noción de "interés público", que surge por primera vez en Occidente en el entorno de las Assemblees de Pau y Treva catalanas, en el siglo XII. Poca broma.
Igualmente, estudió con detalle los orígenes y el desarrollo de las Corts Catalanas, uno de los sistemas parlamentarios más antiguos y relevantes de Europa, cosa que lo llevó a afirmar —en 1996— que las Corts catalanas han sido consideradas por los historiadores, desde hace mucho tiempo, como el modelo de referencia de parlamento medieval".
Bisson nos recuerda la excepcionalidad del bagaje institucional que significa la tradición parlamentaria y constitucional catalana. Cinco siglos de parlamentarismo, pactismo y constitucionalismo propio
Y es que, con su tarea científica, Bisson nos recuerda la excepcionalidad del bagaje institucional que significa la tradición parlamentaria y constitucional catalana. Cinco siglos de parlamentarismo, de pactismo y de constitucionalismo propio que definieron y forjaron políticamente, socialmente y nacionalmente nuestro país. La creación de unas instituciones políticas —las Corts, la Generalitat, etc. —, y de un corpus y una tradición jurídica de primer nivel.
Y es que estamos hablando —como ya he dicho— de la primera referencia histórica en Europa del concepto de "interés general", así como de uno de los sistemas parlamentarios más antiguos del continente. Pero también de uno de los primeros poderes ejecutivos independientes del soberano, en este caso la Generalitat, cuando a partir de 1413 asume el rol no solamente de recaudar impuestos (como lo hacía desde su nacimiento en 1359), sino también el de velar por el cumplimiento de las decisiones de las Corts en los intervalos de tiempo que estas no estuvieran reunidas. Un patrimonio institucional extraordinario, demasiado poco reivindicado o revisitado, que va mucho más allá de simples "singularidades".
Y es que, en términos históricos, ¿cuál sería la "normalidad" política e institucional catalana? ¿La que hemos vivido en los tres siglos que han sucedido a la proclamación, manu militari, del decreto de Nueva Planta de 1716? ¿O los cinco siglos previos de parlamentarismo, constitucionalismo e instituciones propias?
Una reflexión que interpela, no solamente en clave histórica, creo que también en clave actual. Como también decía uno de los referentes de Bisson, el profesor Charles H. McIlwain, que lo había precedido unas décadas antes también a Princeton, Harvard y Oxford: "en precisión de organización y en la regularidad de procedimiento, ni el Parlamento inglés ni los Estados franceses se pueden comparar con las Corts de Catalunya".
Y es que muchas veces es desde fuera que nos tienen que recordar el valor de aquello que tenemos y de lo que somos, como magistralmente ha hecho todos estos años el profesor Bisson. Descanse en paz.