Hijos míos, quizás afortunadamente sois demasiado pequeños para entender por qué sólo podéis estar con vuestro padre dos horas al mes y después de un largo viaje. Quizás vuestro padre no podrá ver cómo aprendéis a leer o escribir, pero aprenderéis al lado de mucha gente que amorosamente compensará esta ausencia, de tal manera que, Lluc y Joana, un día podréis leer esta carta que vuestro padre os escribe ahora, después de haber estado con vosotros dos horas, sólo dos horas.

Estas son las tiernas palabras de un padre que desde la distancia no puede ver a sus hijos porque hace 391 días que es rehén del Estado. Estas son las palabras de un fragmento de una carta manuscrita desde la reclusión de una prisión, desde la eternizada privación de libertad y desde la ínfima y cruel celda donde los tienen secuestrados. Estas son las palabras dulces y tiernas de Oriol Junqueras que encontraréis en el libro de cuentos e historias Estimats Lluc i Joana. Contes des de la presó y que Oriol ha escrito y dedicado a todas las presas y presos políticos, exiliadas y exiliados y sus hijas e hijos.

Una magnífica recopilación llena de bonitas historias que ha podido ver la luz gracias a la publicación de la revista Sàpiens, tal como ha explicado el editor Jordi Creus. Una publicación que ha sido posible gracias al altruismo de los ilustradores y la misma revista, que responde al homenaje a Junqueras (unos de los primeros colaboradores de la revista a sus inicios) y a todos/as aquellos/as que sufren en sus propias carnes el precio por defender la libertad. Una recopilación que recibirán gratis los más de 10.000 suscriptores y que también se puede ya adquirir gratis en librerías y quioscos, comprando la revista. Para todos aquellos que queráis ir, mañana jueves se hará la presentación en su querida ciudad, a las 19.30 horas, en el Centro Católico de Sant Vicenç dels Horts. Seguro que le hará mucha ilusión que podáis estar.

Si estuviéramos en una situación normal, nunca hubiéramos tenido que conocer quiénes son Neus, Joana, Lluc, Artur o Lolo Calero

Unos cuentos cargados de historias y de ciencia y donde no faltan los dragones, los astronautas, la formación del universo o las historias de China que tanto les gustan a Lluc y Joana. Ilustraciones bonitas y tiernas cargadas de conocimiento, sabiduría y amor.

Si estuviéramos en una situación normal, nunca hubiéramos tenido que conocer quiénes son Neus, Joana, Lluc, Artur o Lolo Calero, pero esta es la desgarradora y dura realidad que marca la injusta excepcionalidad que vivimos.

Escucho con el alma en un puño las palabras de Neus Bramona, la compañera de Oriol, y las de Artur Junqueras, su padre, explicando cómo se vive el día a día sin Oriol, lejos de casa. Y por otra parte, me vienen a la mente las imágenes de lo peor que os podéis imaginar de la condición humana y que de manera habitual pasa en este país, dentro y fuera de la política.

Imágenes que queman en la retina y que muestran un autobús (patrocinado por Ciudadanos) paseándose por las calles de Madrid con el único objetivo de exaltar a los fascistas en contra de los catalanes. La imagen del franquismo puro y duro de aquellos que querrían volver a hacer formar a las tropas a golpe de silbato en el paseo de la Castellana y repasar con voz alta los principios falangistas de Primo de Rivera. El mismo autobús que ahora se pasea por toda Andalucía con las caras sonrientes de Puigdemont y Junqueras, con el lema: "Se ríen de España".

Todo coordinado, milimétricamente, por los Plus Ultra españoles, los aliados contra los golpistas catalanes. Desde el máster Casado, quien daga en mano ahora quiere decapitar leyes, estatutos y todo aquello que huela a democracia, en pro de su sueño imperial de la recentralización; continuando por el Primerista de Rivera, el prohombre que ni se despeina cuando se niega a calificar Vox como un partido de extrema derecha; y acabando por el ministro Borrell, el hooligan desinfectador socialista de bandera que tiene loco a todo el CSI al Congreso. De momento, sólo han encontrado el perfil genético de lo que parece que pueden ser los restos biológicos de un escupitajo que hace décadas que chorrea por las bancadas populares, socialistas y de los naranjas. El ADN y la materia gris de los fantasmas de los golpistas de verdad, aquellos que el 36 se alzaron y que continúan escondidos entre los escaños de las bancadas nacionales. El mismo ministro que despidió la bancada republicana con el brazo alzado después de que expulsaran al diputado Gabriel Rufián (todavía no he entendido el porqué).

Habrá madres, padres, hermanos, bebés y niños pequeños que volverán a pasar las fiestas lejos de los suyos. Es el precio que pagan por defender la libertad

El ministro Borrell, amnistiado por sus colegas de la Comisión Nacional del Mercado de Valores por la venta de acciones fraudulentas de Abengoa, aprovechando, como aquel que no quiere la cosa, su puerta giratoria. Venga, 30.000 euritos de multa y a viajar por el mundo con los gastos pagados y a decir barbaridades a diestro y siniestro, como "en los Estados Unidos no hay problemas de integración. Lo único que hicieron fue matar a cuatro indios".

Ahora que las calles están decoradas con luces y colores, me gustaría recordar a aquellos personajes malvados cargados de odio, crueldad, falta de escrúpulos e hipocresía, tan típicos de las películas de terror, que piensan que mientras ellos celebren las fiestas con "orgullo y satisfacción", brindando, bailando y arropando a sus seres queridos, habrá madres, padres, hermanos, bebés y niños pequeños que volverán a pasar las fiestas lejos de los suyos. Es el precio que pagan por defender la libertad.

Artur (el padre de Oriol Junqueras) explica que sólo ha podido abrazar a Oriol en una ocasión durante los 13 meses que hace que está encerrado en la prisión, a causa de las restricciones de la normativa penitenciaria (tome nota, señora Roldán). Artur nos dice, que sin embargo, Oriol está fuerte como un roble, que es de buena madera, como un buen brote, fruto de un tronco de una gran rama. Su padre sólo sueña con el momento de poder volver a estar juntos, uno al lado del otro, mientras levantan márgenes y podan aquellos árboles que a Artur ya le cuesta podar por su edad.

Mientras tanto, a aquellos demócratas malvados que ya hemos visto que no sólo aparecen en cuentos o fábulas, que sepan que algún día (esperamos que muy pronto) ellos/as saldrán, y como en los cuentos, el caballero vencerá al dragón, salvará a la princesa y liberará al pueblo que vive oprimido por la feroz bestia.

Un día me veréis volver. Aunque ahora parezca que un océano separe nuestras playas, un día me veréis volver sobre un puente de historias y de cuentos que os habré explicado. Entonces, Lluc y Joana, una infinidad de abrazos consolarán la larga ausencia y nuestras almas ahora ya tan fuertes no permitirán que ninguna pequeñez les robe nunca la sonrisa.