El voto es secreto, pero las encuestas iluminan. Y la última del Pew Research Center de Washington avanza algunas tendencias en las inminentes elecciones presidenciales de los Estados Unidos. En esta, los datos ofrecen un panorama pro-Trump en que algunos grupos religiosos lo avalarían, minimizando los comentarios y políticas que quiere aplicar con la inmigración y los muros que quiere seguir construyendo.
Los protestantes blancos y un grueso católico dan apoyo a Trump. Aunque los católicos prefieren a Kamala, el 61% de los católicos blancos se decantan por Trump. De los evangélicos, el 82% de los protestantes blancos también votarían Trump. Otras religiones prefieren mayoritariamente la opción Harris. El bloque protestante en general (sin distinguir por origen) prevé que Trump tiene el apoyo mayoritario, un 61%. Dentro del judaísmo hay un 34% del electorado pro-Trump mientras un 65% claramente prefiere a Kamala Harris.
Harris también es la preferida de los católicos, que en general se decantan más por el voto demócrata y prefieren a Kamala Harris, con un ajustado 52%. Con todo, dentro del catolicismo, un 37% se declara a favor de Trump, que a pesar de no ser un candidato católico, es el que consideran más afín a la Doctrina Social de la Iglesia. Cuanto más van a misa, más votan a Trump. De las personas que asisten a misa como mínimo una vez al mes, un 65% daría apoyo al candidato Trump, mientras que en los que no van tanto disminuye la intención de voto.
En el caso de la comunidad protestante el dato es mucho más alto, y la presencia en el culto también aumenta la probabilidad de dar apoyo a Trump, un 63% ante el 55% de los que no frecuentan tanto los templos, un dato que confirma la importancia de los sermones y la vida de la comunidad y no tanto de la influencia de los medios o las redes sociales. Al final, como decía Noël Newman, nos fiamos de lo que dicen los nuestros y no tanto de lo que se propaga por canales de comunicación.
Los votantes han hecho saber que decantarán el voto inspirados por la economía y por el sistema sanitario. La religión, si hace falta, vendrá después. Primero son ciudadanos americanos y quieren sus derechos, y aunque la religión sea muy importante, el acceso a la salud o los impuestos tienen primacía
Dentro del catolicismo hay algunas figuras hostiles al Papa Francisco que declaradamente han pedido el voto por Trump, como Steve Bannon, el arzobispo Viganò y autores como Austin Russell, que ven en Trump la única opción posible. Para ellos hace falta un catolicismo tradicionalista que vuelva a centrar la deriva a la cual consideran que Biden y sus seguidores han llevado al país, con un catolicismo que no es el que debería ser. En la coalición de Católicos por Trump se leen frases como la de Callista L. Gringrich, que fue embajadora de los EE. UU. en la Santa Sede: "Ningún presidente ha hecho más por defender la libertad religiosa que el presidente Trump. América lo necesita en la Casa Blanca para proteger y preservar el derecho que nos ha dado Dios para poder tener libertad de culto tanto en casa como en el extranjero".
Harris tiene el 78% del voto de los agnósticos y un 85% del voto de los ateos. Si bien musulmanes, budistas e hindúes también han respondido a la encuesta, los sociólogos del Pew Forum concluyen que no tienen bastante grueso para poder mostrarlos separados.
Hay algunos rasgos que son nuevos. La diversidad religiosa de Kamala Harris la convierte en una persona que puede entender la mentalidad de los creyentes. Es parte de la rama mayoritaria de protestantes bautistas americanos, tiene familia materna hindú y está casada con un hombre judío. Kamala Harris ha ganado presencia entre algunos grupos religiosos que no tenían interés por Joe Biden. Gana apoyo por parte de los protestantes afroamericanos y por parte de los católicos hispanos, mucho más que el presidente que dimitió.
Los votantes han hecho saber que decantarán el voto inspirados por la economía y por el sistema sanitario. La religión, si hace falta, vendrá después. Primero son ciudadanos americanos y quieren sus derechos, y aunque la religión sea muy importante, el acceso a la salud o los impuestos tienen primacía. También votan en función de la política exterior y las decisiones migratorias, y tienen en cuenta qué nombramientos se harán en la Corte Suprema de los Estados Unidos, dicen. Los ateos también votan en función del aborto. El cambio climático, la justicia social o las políticas a favor de la convivencia también tienen su peso en el voto de las personas con convicciones religiosas y pueden decantar la balanza.
El nombre de Trump nos hace pensar en triunfo y en superación. Kamala, en la lengua de su madre, invoca la buena fortuna y es la diosa de la soberanía. La etimología jugará su carta.