Si le parece, situamos primero la cuestión porque los matices son importantes. El músico Quimi Portet hace dos tuits en su cuenta de twitter explicando un caso que le ha sucedido:

 

 

La bola empieza a hacerse grande y los medios del nacionalismo español radical empiezan la campaña:

 

 

Y, a continuación, se les añaden anónimos y algun reconocido activista radical que usan los mismos argumentos:

 

 

Y, en medio de todo, una reflexión de Manel Fontdevila que, como acostumbra a pasar, da en la diana:

 

¿Qué ha pasado aquí, creo? (porque ni un servidor ni el resto de los que opinan del tema estábamos en el lugar de los hechos).

Quimi Portet es un señor que ha defendido durante años el anonimato (el posible dentro de su carrera pública) y, por encima de todo, la calma. Vaya, que el señor Portet no es famoso por montar escándalos y lo último que haría (por trayectoria vital) es provocar una polémica de la nada. ¿Por qué? Porque siempre ha huido del protagonismo. Por lo tanto, si ha tenido esta reacción es por alguna cosa. Y esta cosa se llama: "a mí me hable en cristiano". Y, como que esta expresión-concepto, quién más quién menos la ha sufrido, es muy factible e incluso extremadamente probable que el famoso camarero la haya mantenido.

En todo caso un camarero que asegura hablar varios idiomas (incluido el gallego) es imposible (RO-TUN-DA-MEN-TE imposible) que no entienda "café amb llet". Imposible. Y si no lo entiende hay muchas maneras de responder, sobre todo teniendo en cuenta que está tratando con un cliente. Y la manera básica de responder es la educación.

O sea, tenemos un señor poco amante del protagonismo, que paga por un servicio, y otro señor que responde a un cliente con mala educación. No estamos (sólo) ante un tema lingüístico sino de respeto. De maneras. De trato a un cliente.  

A partir de aquí la típica y clásica campaña mediática con trasfondo político donde se manipula el incidente y se deriva hacia la Catalunya intolerante y nazi y el bla, bla, bla de siempre. Nada nuevo. ¿Qué harían algunos sin poder entretenerse de esta triste manera, verdad?

Porque, digámoslo claro, a un cretino le ves venir de una hora lejos y a alguien que quiere hacer el mierda, todavía más. Me he encontrado unas cuantas veces con personas desarrollando todo tipo de oficios que me han dicho que no me entendían en catalán porque hacía poco tiempo que estaban aquí. Pero de la manera que me lo han dicho, he notado en seguida que me lo estaban diciendo con naturalidad. Y, oiga, ningún problema por hablarles en español, sólo faltaría.

Porque, aunque la propaganda unionista radical lo niegue, sabemos distinguir perfectamente a alguien que va al lavabo y procede a hacer una micción de quien se te mea a la boca subido a una mesa. Vaya, que desde hace tiempo diferenciamos a una persona normal y corriente de eso otro: