En un momento en el que no puedes manifestarte pero sí ir a un mitin, en el que un rapero está a punto de entrar en la prisión por la letra de una canción considerada apología del terrorismo y otro está en el exilio para criticar la corrupta monarquía española. En un tiempo en el cual no puedes visitar a tu hermano que vive en el pueblo del lado pero sí que tienes permitido, en cambio, subir en un metro repleto. En una época en la que la mascarilla es la metáfora perfecta de querer hacer callar la gente y tenernos a todos obedientes como una rebaño de corderitos. Ahora es cuando hacen más falta hacen voces críticas y lúcidas capaces de cuidar a la sociedad al mismo tiempo que le llaman la atención. Nosotros tenemos la suerte de ser contemporáneos de una de estas voces.

La mirada de Arcadi Oliveres, desafiando a los poderosos con firmeza y determinación y acariciando las causas justas con ternura y alegría, siempre sobrevuela la realidad con una pátina de dignidad y conocimiento al alcance de muy poca gente. Tiene la virtud de saber transmitir, con pedagogía humilde y magistral, aspectos a menudo demasiado complejos, de poner al alcance de la calle argumentos científicos con su didáctica punzante y su bondad revolucionaria. Su aspecto físico, pequeño y bordeando la fragilidad, contrasta con la contundencia de sus ideas, grandes y fuertes, que no se cansa nunca de predicar a los cuatro vientos siempre que puede y se lo piden, siempre que hace falta y lo considera. Es decir: sin descanso.

Palabras de Arcadi. Qué he aprendido del mundo y como podemos actuar (Angle editorial) es el título de este nuevo texto del activista y economista catalán que hoy, 1 de febrero, llega a las librerías. Sí, aquellos espacios que no pueden abrir los fines de semana por no ser considerados lo bastante esenciales, mientras al mismo tiempo una multitud de políticos se pasean haciendo campaña por todo el país, cambiando de municipios en un pim pam. Las conversaciones con sus nietos han inspirado esta libro, editado por Mar Valldeoriola, que reflexiona en tiempos de Covid y plantea interrogantes al respecto de cómo hemos llegado hasta aquí y cómo podríamos salir. "La pandemia ha ido muy bien para algunos estrategas del control social: ahora tenemos miedo a hacer cualquier movimiento", alerta en una de las páginas.

Después de escuchar alguna de sus conferencias o de leer alguno de sus libros, sales con ganas de cambiar el mundo y no te sientes sola ni extraña e incluso, qué demonios, te sientes orgullosa de estar indignada. Sabe convertirnos el enfado en lucha eficaz. En esta década de los años veinte del siglo XXI en la cual el mar empieza a comerse la tierra de nuestros yayos por la irresponsabilidad ecológica y soberbia de los hombres, las generosas palabras de Arcadi despiertan conciencias y te reconcilian con la especie humana.

Entre los aprendizajes de la pandemia, explica en su nuevo libro que "también habría que incorporar los aspectos más personales, aprendizajes de vida". En este caso lo resume en tres conceptos: "educación cívica, apoyo mutuo y consumo responsable". Él pone luz en el camino, nos enseña a no temer al combate, a ser críticos y a tener esperanza. Nos dice la verdad y nos ayuda a decirla. Explicando sus aprendizajes nos enseña la lección. Gracias, Arcadi, por todo lo que hemos aprendido de ti.