La verdad, no sé que haríamos sin él. Y le diré más, no sé que haremos sin él.

Oriol Junqueras, en calidad de conseller de economía, ha ido hoy de rodillas al generoso Montoro y le ha suplicado llorando que le dé dinero. Y Montoro, que es una bellísima persona, le ha dicho: “va, como en el fondo me caes bien, te regalo una parte de lo que me pides”.

Sí, porque como muy bien explica hoy cierta prensa de Madrit (concepto) en portada, Catalunya está en bancarrota. Claro, ¿qué quiere que pase si se lo gastan todo en independentismo, embajadas y gambas? ¿Usted se piensa que la gente honrada no sabe que los catalanes van por la calle tirándose cabezas de gamba fresca acabadas de chupar? ¿Usted se piensa que la gente que se viste por los pies no sabe que eso lo tiene que pagar el pobre Montoro porque Junqueras le amenaza con explicarle la historia de la primera línea de tren que construyó España en Cuba? Y, ¿usted se piensa que la gente de la España del trigo no está harta de tener que pagar la retirada de las toneladas de cabezas de gamba chupadas que llenan las calles catalanas?

Pero los catalanes, genéticamente malas personas y muuuy mentirosos, dicen que sus problemas financieros no venden de aquí. Noooo, claro... eso lo dicen todas, sí. Aseguran que pagan un dinero para mantener el conjunto de España (VIVA!) y que, después, la parte que les corresponde de retorno de este dinero tienen que devolverla con intereses. Y eso es mentira. Este año, sin ir más lejos, no ha habido intereses...

... a ver, todos los otros sí, y en algunos momentos con un interés del 4%, pero no hablemos del pasado, por favor.

Total, que hoy Junqueras ha ido a pedir dinero a Montoro para no acabar en la miseria. Y él y el resto de catalanes han tenido la suerte de que Montoro se ha levantado buen humor y les ha regalado unos millones...

... a ver, unos millones que son una pequeña parte de total de millones que el Estado tiene que pagar a Catalunya porque lo dice la ley (es la cosa aquella del FLA, ya sabe: tú pagas y lo que te corresponde te lo devuelven cuando les passa por allí mismo y haciéndote pagar un impuesto revolucionario). Unos millones que pagan todos los catalanes (y todas las catalanas), sean indepes, federalistas o unionistas con sus bonitos intereses.

Y lo que usted no sabe es que el pobre Montoro, que es muy buena persona, pone el dinero de su bolsillo. No, que el hombre tiene un rinconcito y de allí va sacando el dinero cuando puede. ¡Y todo por salvar a Catalunya, eh! Y cuando con sus ahorros no llega, es habitual verlo en la parada de metro de Cuzco, que está delante mismo del ministerio, gritando aquello de “é triste pidil para los catalanes, pero más triste é que nos sigan robando”. Realmente es tan bonito que... disculpe, pero la emoción me ha enquilosado los dedos y no puedo seguir escribiendo. Y entiendo que a usted las lágrimas no le permiten seguir leyendo. Por lo tanto, si le parece bien, gritémos como un sólo ser humano: ¡¡¡Viva Montoro!!! ¡¡¡ Y viva su generosidad!!! ¡¡¡Y viva el FLA (libre)!!!