El saludo solemne y amable de la Guardia Suiza es uno de los atractivos del Vaticano, que ya de por sí vive de la confluencia entre el misterio y la monumentalidad. Atravesar sus muros para ir a hacer alguna gestión dentro de los palacios vaticanos y pasar por el escrutinio de estos chicos jóvenes que te saludan militarmente pero con aquel ademán afable es parte del decorado de una institución particular que se puede vanagloriar de poseer el ejército más pequeño del mundo. Y no el más pacífico. También hay crímenes, suicidios, pasiones y conspiraciones.

El papa Francisco se ha encontrado como cada 6 de mayo con el cuerpo de la Guardia Suiza y les ha pedido "amabilidad y cortesía como signos de la hospitalidad de la Iglesia". La Guardia Suiza es un cuerpo que protege al Papa ya desde el siglo XVI. Para hacerla más próxima al público, en el Festival de Cine de Venecia se presentó una película coproducida por el Centro Televisivo Vaticano -por lo tanto, con todas las bendiciones-, L'esercito più piccolo del mondo, para explicar quiénes son estos chicos que deciden dar protección al Papa, incluso la vida.

Se hace difícil pensar que cien hombres jóvenes solteros y católicos lo pueden defender (al Papa) de los millares de hombres y mujeres de todo tipo y condición que no lo ven como un aliado

El cuerpo nace en 1506 de manos del papa Sixto XVI y no puede entrar cualquiera: los candidatos a cuidar de la seguridad del Papa tienen que ser suizos, hombres, solteros, de entre 19 y 30 años, tienen que medir 1'74 cm como mínimo. El papa Francisco siempre les hace bromas diciendo que tiene que hacer un esfuerzo cervical para mirarlos, de lo altos que son. La Guardia Suiza no es una balsa de aceite. En mayo de 1998 fueron asesinados Alois Estermann y su mujer, Gladys Meza Romero. El soldado Cédric Tornay los mató y después se suicidó. Años más tarde se acusó al cuerpo de ser un lobby gay, hecho que nunca fue desmentido y que llegó por el excomandante Elmar Mäder. Son poco más de cien y viven dentro del recinto vaticano. Tienen que ser ciudadanos suizos, hablan en alemán, y haberse formado en la Escuela Militar Suiza. Católicos y con estudios.

La bandera de la Guardia cambia con cada papa: en la parte inferior están las armas del papa Julio II, y en la superior las del Papa actual y las del comandante. Un soldado suizo se puede casar y en este caso necesita estar dos años más de servicio en la Santa Sede. La indumentaria del cuerpo militar vaticano está inspirada en Miguel Ángel. No utilizan botas sino unas elegantes medias blancas con una junta dorada. Su lema es Acriter el fideliter (coraje y fidelidad). Quienes tiene que proteger al Papa no son solo esta centuria suiza particular, que es más un ingrediente curioso más en la ya original tramoya vaticana.

El Papa tiene apoyosinsuficientes dentro de casa. Sigue con sus tics evangélicos radicales interpretados como debilidades populistas por sus adversarios. Se preocupa por la tierra, por los pobres, por la vulnerabilidad. Se hace difícil pensar que cien hombres jóvenes solteros y católicos lo pueden defender de los millares de hombres y mujeres de todo tipo y condición que no lo ven como un aliado. Quizás su protección viene por otros senderos.